Se trata de un caserío tranquilo y pintoresco, ideal para observar ejemplos de arquitectura típica canaria o conseguir las mejores fotos relacionadas con esa temática. Una parte de las casas de estilo tradicional se ha convertido en alojamientos de turismo rural, tanto en Chirche como en Aripe, por lo que ofrecen la posibilidad de hospedarse en un entorno que nos transporta al pasado de las islas.
No se sabe exactamente los años en los que fueron construidas las viviendas, aunque gran parte de ellas son del siglo XVIII y XIX. Gracias a la conservación de estas casas y el rico patrimonio etnográfico que posee, Chirche fue declarado en el año 2008 Bien de Interés Cultural. Otro de los encantos que posee Chirche, al igual que Aripe, es la existencia de callejones restaurados recientemente usando un material similar al original a fin de conseguir la integración en este espacio. Al mismo tiempo, en las calles de Chirche y Aripe y en sus alrededores existe un gran número de hornos, eras y aljibes que fueron usados en el pasado por los habitantes de los pueblos. A ellos es posible acceder, en algunos casos, a través de los caminos tradicionales de Guía de Isora. Historia:
Este caserío tiene origen guanche (lo que sabemos gracias a las huellas arqueológicas que aun se conservan), pero su historia como pueblo en sí se remonta a la segunda mitad del siglo XVII. En las Constituciones Sinodales del obispo Pedro Dávila y Cárdenas (1737) aparece citado con 17 vecinos (85 habitantes) dedicados a las sementeras y al pastoreo, habiéndose desarrollado a partir del empuje roturador auspiciado por los señores del Valle de Santiago. En el siglo XIX vivió un nuevo desarrollo con el cultivo de tuneras para la cochinilla, así en el Diccionario Estadístico-Administrativo de Pedro de Olive de 1865 aparece con 161 habitantes. En sus comienzos, la actividad económica por excelencia fue la ganadería (extensiva) a la que se sumaría la agricultura de secano. De esta forma se aprovechaba lo que el medio ofrecía desde la cumbre hasta las proximidades del asentamiento o, en algunos casos, hasta la costa. Los usos de los recursos mencionados definen el paisaje de este caserío, no sólo por sus cultivos sino también por la infraestructura que se utilizó para dicha actividad. Concretamente, canteros y nateros personalizan el paisaje; se extienden sobre lomas y barrancos en un intento de multiplicar la superficie de cultivo. A éstos, se añaden aljibes, lagares, bodegas, corrales, hornos y eras. Junto a los atractivos naturales y culturales del núcleo también es destacable una de sus fiestas, el Día de las Tradiciones, que se celebra la última quincena de Julio. Día de las Tradiciones:
Fecha de celebración: Fin de semana de la segunda quincena de julio. Descripción: En estas fiestas se le ofrecerá la oportunidad de sumergirse en un escenario de la vida cotidiana de los años 40. Los vecinos del lugar, ataviados con la ropa de aquella época, realizan actividades habituales de esos años a la vez que rememoran antiguos oficios, por ejemplo, se puede ver cómo tostaban el trigo y cómo se hacían los calados o la cestería, así como entrar en el taller de una costurera de antaño. También tendrá la oportunidad de comprar productos artesanales, como las truchas, licores, miel, talegas, cogedores, frutas y cestos. Concurso Comarcal de Vinos de Guía de Isora
Fecha de celebración: 4º fin de semana de marzo
Descripción: Se trata de un concurso donde se degustan los vinos de producción artesanal del municipio así como los vinos de la denominación de origen de la comarca, para premiar los mejores. Tras el evento, también los visitantes tendrán la ocasión de catar los diferentes vinos. Agricultura
Con la crisis del secano, la localidad mantiene unos pequeños cultivos de vid y hortalizas, en su mayoría como agricultura de fin de semana, que mantienen el pintoresco caserío; debido a ello la población ha perdido menos efectivos que otros caseríos de la zona alta.