07/06/2020
Se está viviendo una "burbuja especulativa", en este caso del porcino, burbuja que conlleva que vivan de ella, y por tanto la apoyen, muchos sectores y ciudadanos, incluidos muchos dirigentes políticos.
Esta burbuja no solo es de los ganaderos y empresas cárnicas y de piensos, sino también engloba al transporte, construcción, bancos...
Y como pasa con todas las "burbujas", explotará, la cuestión tan solo es ¿cuándo?
Ya vivimos lo que fue la burbuja inmobiliaria y sus consecuencias y efectos, luego hemos vivido la burbuja agrícola (recientemente han quebrado o dado en suspensión de pagos varias empresas), y desde hace unos años vivimos la burbuja del ganado porcino, generada gracias a la peste porcina en China, lo que degeneró en la compra masiva de carne de cerdo por parte del país más poblado de la Tierra.
Los efectos de la burbuja ya se dejan sentir en el paisaje, la calidad del aire, los acuíferos, el exceso de nitratos en las tierras, etc.
Pero como sucede con todas las burbujas especulativas y "pelotazos", la burbuja baña de dinero a muchos implicados, y por eso nadie le pone freno, solo frenará cuando pi**he, ya no haya rentabilidad en ella.
La apoyan y defienden:
1-Los empresarios y trabajadores de los sectores implicados (ganadero, fabricación de piensos, transporte, sector cárnico, etc.).
2-Los sectores que sacan beneficio en torno a ella (recalificación de terrenos y licencias por parte del ayuntamiento, los constructores, los bancos...).
3-El respaldo social de mucha gente, principalmente de toda la que engloba a los dos puntos anteriores.
Los detractores:
1-Los ciudadanos que viven en las zonas colindantes, o al menos, la mayoría de ellos.
2-El sector turístico, específicamente el del turismo rural o paisajístico.
3-Ecologistas y ambientalistas, así como algunos partidos políticos.
4-El respaldo social de mucha gente, especialmente la sensibilizada con el medio ambiente.