19/04/2025
.En Fragmentos de mi jardín, Jack Prados [ ] construye una poética visual que vibra entre la figuración y la abstracción, entre lo cotidiano y lo simbólico. Su pintura, llena de color y fuerza gestual, es una declaración de afecto hacia lo cercano, una celebración del mundo privado que habita y lo habita.El jardín —ese espacio intermedio entre la naturaleza y el hogar— se convierte aquí en un territorio emocional. La higuera, la gata Nayla, la sierra de Madrid... no son solo elementos del paisaje, sino presencias que anclan la memoria y el presente. Prados las traduce al lenguaje pictórico con libertad y potencia, sin intención de representar, sino de evocar. El trazo es enérgico, los colores vibran sin contención, y las formas —a veces reconocibles, a veces apenas sugeridas— emergen como recuerdos o intuiciones.Lo figurativo aparece como un eco dentro del magma abstracto que define su estilo: no hay límites cerrados, sino un continuo vaivén entre lo visible y lo sentido. En este vaivén, el artista encuentra su voz, una voz que habla desde la intimidad pero que conecta con algo más universal: la necesidad de mirar lo simple con profundidad, de encontrar belleza en lo cercano, de reivindicar lo doméstico comoespacio de inspiración.Jack Prados no pinta un jardín; pinta la experiencia de vivirlo.Su obra, cargada de ritmo y vida, nos recuerda que la pintura puede ser también un acto de contemplación afectiva. En sus cuadros late la calma de lo cotidiano, la energía del color y la libertad del gesto. Fragmentos de mi jardín no solo muestra un lugar: nos invita a habitarlo desde la emoción.Texto por:X LA ZONA GALLERY. ..