18/03/2017
ARMENIA...
Conocerás a muy pocas personas que no quieran volver a Armenia. Este país de gente amable e historia convulsa no deja indiferente a ningún visitante. Rodeado de montañas espectaculares, sus calles se llenan de arte colombiano, chocolate de primera calidad y coches de estilo soviético. Si todavía no conoces este país caucásico, te damos 20 razones para que compres el billete.
1. ES UN PAÍS LLENO DE HISTORIA
Desde su pasado bíblico hasta los conflictos actuales, Armenia es un país que da para muchos relatos. Sus ciudadanos fueron los primeros en acoger el cristianismo en el año 301, y aquí es donde Noé posó el arca después del Diluvio Universal.
2. UN STONEHENGE A LA ARMENIA
El enigmático observatorio de Carahunge, en la montañosa región de Sisian, recoge más de doscientas tumbas prehistóricas. El nombre del lugar se traduce por “piedras del ejército”, y datan del 7500 a. C. El choque del viento con los agujeros de las tumbas produce un sonido característico del lugar.
3. LA OMNIPRESENCIA DEL ARARAT
Esta montaña de 5.137 metros aparece en todo tipo de objetos: camisetas, botellas de coñac, chocolatinas y grafitis se visten de una de las montañas más espectaculares del Cáucaso. Aunque técnicamente no está en Armenia, sino en Turquía, el monte se puede ver desde todos los rincones de Ereván.
4. TIENE UNA UBICACIÓN GEOGRÁFICA ENTRE DOS MUNDOS
Los países caucásicos tienen algo especial. Balancean un pasado soviético con fuertes raíces nacionales, combinando dos polos que no siempre se encuentran. Armenia mantiene muchas referencias a la era soviética.
5. SU AEROPUERTO ES EXTRAÑAMENTE MODERNO
El Aeropuerto Internacional de Zvartnots está tan a la última que, en vez de mostrar el pasaporte, unas máquinas te leen la huella dactilar. Los que llegan con tiempo para coger el vuelo, pueden sentarse en las fantásticas sillas ergonómicas delante de la pista de aviones.
6. LOS TAXIS TIENEN WIFI
Como habréis empezado a sospechar, Armenia ofrece muchos contrastes, y los automóviles no son la excepción. Desde taxis último modelo que incluyen wifi hasta marshrutkas (minibuses) y Ladas soviéticos, hay un transporte para todos los gustos.
7. AMANTES DEL ARTE CONTEMPORÁNEO
La capital armenia es un auténtico museo al aire libre. Las estatuas de cotizados artistas internacionales, como Fernando Botero y Jaume Plensa, llenan el centro de la ciudad con figuras redondeadas y colores intermitentes. El imperdible museo en la Cascada recoge piezas de los artistas más representativos de nuestro siglo.
8. EL BALLET ES APTO PARA TODOS LOS BOLSILLOS
Es algo que pasa en muchas repúblicas ex soviéticas: ir a la ópera es extremadamente barato. Ereván es el lugar perfecto para ver un ballet ruso por unos dos euros la entrada, o atreverse con una ópera en lengua desconocida por tres euros.
9. MONASTERIOS COMO NUNCA LOS HAS VISTO ANTES
Posiblemente Geghard es uno de los lugares más mágicos del mundo. Nos recuerda a una Petra sin turistas, pero más íntimo y silencioso. Fundado en el siglo IV, se forma de diversas iglesias parcialmente excavadas en la montaña.
10. PRODUCTOS AUTÓCTONOS
Si lo que queremos es conocer el día a día armenio, no hay nada como pasearse por el Mercado Central de Ereván, repleto de especias y todo tipo de frutos secos. Construida al estilo persa, la fachada del mercado merece una visita por sí sola.
11. EL GRAN AMOR GASTRONÓMICO: EL CILANTRO
Si no toleras el cilantro, lo llevamos mal. Lo ponen en sopas, ensaladas, carnes y hasta en bollería. Su adoración por esta hierba aromática hace que incluso los kebab sepan diferente.
12. COMPRAR CAFÉ Y COMPOTA POR LA CALLE
Los granos de café llenan de aroma las estrechas calles de pueblos como Vanadzor. También es habitual encontrar señoras en medio de la carretera que venden mermeladas de fresa, albaricoque o mora.
13. PROBAR EL PAN RECIÉN HECHO
Lo llaman lavash y es el típico pan armenio. En el mercado, una decena de mujeres lo preparan como si estuvieran planchando una sábana fina y ancha. Otro pan típico es el Matnakash, que significa “dedo dibujado” por la peculiar forma que tiene.
14. ARTESANÍAS DE LA ABUELA
Las antigüedades del mercado Vernissage en la calle Hanrapetutyan merecen una visita. Aquí encontrarás todo tipo de joyas, matrioskas y peonzas hechas a mano. No tengas miedo a regatear el precio.
15. ATAR CABOS ENTRE FAMOSOS
Seguro que conoces a muchos más armenios de lo que piensas. Cher, Kim Kardashian, Andre Agassi o Seymour Skinner (sí, el director de colegio en Los Simpsons) tienen raíces armenias. En realidad, se considera que la diáspora Armenia llega a los ocho millones de personas.
16. VISITAR LA MEZQUITA AZUL
Su graciosa cúpula con motivos árabes llena de color el centro de Ereván. No se trata sólo de una mezquita: es también un centro de aprendizaje y de difusión de la cultura musulmana. Durante la época soviética, este edificio de 1766 se convirtió en planetario.
17. UN PASADO CONVULSO
Para conocer de cerca el pasado más reciente del país podemos visitar el Museo del Genocidio Armenio o Dzidzernagapert, que se traduce por “la fortaleza de las golondrinas pequeñas” y ofrece buenas vistas sobre la capital armenia.
18. EXTERIORES DE PELÍCULA
Un viaje a este país caucásico merece un desvío hasta el lago Seván. De un azul intenso, se sitúa dentro de un parque nacional y ofrece diversas playas para bañarse. El monasterio de Sevanavank fue fundado en 874 y se alza sobre un monte con vistas al lago.
19. LA ARMENIA MÁS TRADICIONAL
Para conocer de cerca la realidad del país, podemos visitar algunos de los pueblos del norte. Vanadzor y Gyumrí, por ejemplo, se han ido reconstruyendo a través de la historia sin perder la esencia armenia. En el camino, puede que tengamos que parar el coche en más de una ocasión para dejar que las vacas crucen la carretera.
20. FESTIVIDADES PASADAS POR AGUA
Sin duda, uno de los días más singulares del país es la Fiesta del Agua o Vartavar, en el que todo el mundo sale a la calle a tirarse cubos de agua. Celebrado durante el mes de julio, conmemora una fiesta religiosa en la que ancianos, niños, trabajadores y estudiantes tienen vía libre para mojar a los demás.