05/01/2024
LOS REYES MAGOS LLEGAN A MADRID.
Cuando la mama de Amanda, fue al cole a recoger a su hija, la notó algo seria (y eso no era muy habitual debido a su alegría y felicidad…).Para animarla la invitó a un chocolate con churros en San Gines... pero Amanda, seguía igual de pensativa... Después vieron Cortilandia, dieron un paseo hasta la plaza Mayor, comieron castañas asadas y aún asi la carita de la pequeña seguía igual de preocupada...
Su madre, ya empezó a preocuparse pero prefirió tener paciencia y esperar a que su hija estuviera decidida a contarle su "problema", asique la llevó hasta el "Huerto de las Monjas" un jardín secreto donde su hija siempre se sentía muy agusto. Sentadas en un banco enfrente de la fuente, iniciaron una conversación de lo mas interesante:
- ¿Mama?
- Sí, hija, cuéntame.
- Mami, quiero... que me digas la verdad.
- Claro, hija, siempre te la digo -respondió la madre un poco sorprendida.
- Es que... -titubeó Amanda.
- Dime, hija, dime.
- Mamá, ¿existen los Reyes Magos? Los niños de mi clase dicen que son los padres ¿es verdad?
Su madre se quedó muda, sin saber que responder. Pasados unos segundos en silencio, volvió la mirada hacia la niña y tragando saliva le dijo:
- ¿tú qué crees, hija? -Le preguntó su madre.
- Yo no sé, mama: que sí y que no. Por un lado me parece que sí que existen porque tú no me engañas; pero, como todos los niños dicen eso….pues... no sé que pensar...
- Mira, hija, efectivamente son los padres los que ponen los regalos pero...
- ¿Entonces es verdad? -cortó la niña con los ojos humedecidos-. ¡Me habéis engañado!
- No, cariño, nunca te hemos engañado porque los Reyes Magos sí que existen -respondió la madre cogiendo con sus dos manos la carita de su niña.
- Entonces no lo entiendo, mamá.
- Siéntate, mi amor y escucha esta historia que te voy a contar porque ya ha llegado el momento de que puedas entenderla.
Amanda se sentó en sus rodillas ansiosa de escuchar cualquier cosa que le sacase de su duda, y su madre le hizo recordar todos los belenes que habían visto por Madrid y después se dispuso a relatar lo que para ella debió de ser la verdadera historia de los Reyes Magos:
“Cuando el Niño Jesús nació, tres Reyes que venían de Oriente guiados por una gran estrella se acercaron al Portal para adorarle. Le llevaron regalos en prueba de amor y respeto, y el Niño se puso tan contento y parecía tan feliz que el más anciano de los reyes, Melchor, dijo:
- ¡Es maravilloso ver tan feliz a un niño! Deberíamos llevar regalos a todos los niños del mundo y ver lo felices que serían.
- ¡Oh, sí! -exclamó Gaspar-. Es una buena idea, pero es muy difícil de hacer. No seremos capaces de poder llevar regalos a tantos millones de niños como hay en el mundo.
Baltasar, el tercero de los Reyes, que estaba escuchando a sus dos compañeros con cara de alegría, comentó:
- Es verdad que sería fantástico, pero Gaspar tiene razón y, aunque somos magos, ya somos ancianos y nos resultaría muy difícil poder recorrer el mundo entero entregando regalos a todos los niños. Pero sería tan bonito¡¡¡.
Los tres Reyes se pusieron muy tristes al pensar que no podrían realizar su deseo. Y el Niño Jesús, que desde su pobre cunita parecía escucharles muy atento, sonrió y la voz de Dios se escuchó en el Portal:
- Sois muy buenos, queridos Reyes Magos y os agradezco vuestros regalos. Voy a ayudaros a realizar vuestro hermoso deseo. Decidme:
-¿Qué necesitáis para poder llevar regalos a todos los niños?
- Necesitaríamos millones y millones de pajes, casi uno para cada niño que pudieran llevar al mismo tiempo a cada casa nuestros regalos, pero, no podemos tener tantos pajes., no existen tantos.
- No os preocupéis por eso -dijo Dios-. Yo os voy a dar, no uno sino dos pajes para cada niño que hay en el mundo.
- ¡Sería fantástico! Pero, ¿cómo es posible? -dijeron a la vez los tres Reyes Magos con cara de sorpresa y admiración.
- Decidme, ¿no es verdad que los pajes que os gustaría tener deben querer mucho a los niños? Y esos pajes deberían conocer muy bien los deseos de los niños? -preguntó Dios.
- Sí, sí. Eso es lo que exigiríamos a un paje -respondieron cada vez más entusiasmados los tres.
- Pues decidme, queridos Reyes: ¿hay alguien que quiera más a los niños y los conozca mejor que sus propios padres?
Los tres Reyes se miraron asintiendo y empezando a comprender lo que Dios estaba planeando, cuando la voz de nuevo se volvió a oír:
- Puesto que así lo habéis querido y para que en nombre de los Tres Reyes Magos de Oriente todos los niños del mundo reciban algunos regalos, YO, ordeno que en Navidad, conmemorando estos momentos, todos los padres se conviertan en vuestros pajes, y que en vuestro nombre, y de vuestra parte regalen a sus hijos los regalos que deseen. También ordeno que, mientras los niños sean pequeños, la entrega de regalos se haga como si la hicieran los propios Reyes Magos. Pero cuando los niños sean suficientemente mayores para entender esto, los padres les contarán esta historia y a partir de entonces, en todas las Navidades, los niños harán también regalos a sus padres en prueba de cariño.
Cuando la mamá de Amanda terminó de contar esta historia, la niña se levantó y le dio un beso con un gran abrazo y le dijo a su madre:
- Ahora sí que lo entiendo todo mamá. Y estoy muy contenta de saber que me queréis y que no me habéis engañado.
Cuando llegaron a casa, Amanda se dirigió a su cuarto, regresando con su hucha en la mano mientras decía:
- No sé si tendré bastante para comprarte algún regalo, pero para el año que viene ya guardaré más dinero.
Y con mucho amor, se abrazaron mientras, a buen seguro, desde el Cielo, tres Reyes Magos contemplaban la escena tremendamente satisfechos.
Feliz año Nuevo, os deseo que vuestros Reyes Magos se porten muy bien este año y si tenéis algún niño cerca que dude de la existencia de los Reyes Magos, aquí tienes la verdadera historia de los Reyes Magos que te emocionará, tengas la edad que tengas.
Dedicado especialmente a todas aquellas personas que amen Madrid de la misma manera que lo amo yo