20/08/2013
Se acerca septiembre y con él la berrea. La metamorfosis que el ciervo sufre durante el invierno, la primavera y el verano (mudando la cuerna, cambiando el pelaje y su tonalidad rojiza) hacen que se vea en su máximo esplendor durante este periodo corto e intenso en el cuál deberá demostrar ante los demás machos que él es el más fuerte.
Luciendo su preciosa cornamenta y berreando con su potente garganta, desafiará al resto de machos para obtener el mayor número de hembras posible.
No logrará a las hembras tan fácilmente, en ocasiones será necesario enfrentarse a otros rivales por el título del poder. Luchando sonoramente con las cornamentas, demostrarán su fuerza sobre los débiles.
Los machos ganadores cubrirán a las hembras y éstas darán a luz en el mes de mayo.
Podemos contemplar este maravilloso espectáculo desde la gran ventana al Parque Nacional de Cabañeros, La Raña. Lugar donde se exhiben los magníficos ejemplares de ciervo.
La Raña, convertida en dehesa por la acción del hombre mediante la roturación de la tierra para cultivo durante los años 50 y 60, fue un bosque mixto. Podemos ver pastizales, alcornoques, encinas, robles, quejigos, peonías, jaras, arces, madroños…
A parte de la flora ya mencionada y de los ciervos, nos podemos topar con jabalíes, zorros, conejos, grullas, águila imperial, buitre negro y leonado…
Visita el Parque Nacional de Cabañeros, su fauna, la flora, disfruta de los increíbles paisajes y conoce a su gente… de manera que cada momento ordinario que vivas allí… se convierta en extraordinario.