04/01/2023
La materia de la arquitectura contemporánea
La presencia del hormigón, en las ocho plantas, le dota de una presencia sólida que se ve aligerada a través de los cerramientos (en realidad pétreos) y carpinterías con perfilería de pequeño espesor. La última planta se retranquea en cumplimiento de la normativa. La primera planta realiza una delicada corrección entre la traza de la parcela y la alineación a través de una subestrucutra metálica que sirve como marquesina del bajo comercial y terraza.
Pero como en todo aquello que es observado de forma minuciosa, hay pequeños detalles que emergen de forma inesperada. Parece que a pesar de haber convivido con una determinada arquitectura durante mucho tiempo, algunas cosas resultan inesperadas. Un hallazgo inesperado que produce una cierta satisfacción. Y es que sobre las chimeneas de este edificio hay sillas. Las piezas, escaladas para encajar sobre las chimeneas, son sillas similares a las singulares Willow Tea Room Chairs, diseñadas por el arquitecto escocés Charles Rennie Mackintosh en 1903. El esqueleto ortogonal y honesto de estas sillas, formula una relación a través de la escala con la propia estructura del edificio, un paralelismo tenso que dota de una identidad peculiar al proyecto. Una presencia extraña en la arquitectura contemporánea, pero que es habitual en la arquitectura clásica (acroteras y esculturas), medieval (gárgolas, tallados en piedra o figuras), modernista (cerámicas, ornamentos metálicos o molduras) o expresionista (los huevos en la casa de Dalí, los dragones y las frutas de Gaudí). Un elemento imperceptible que crea una pequeña historia en torno a sí, que puede ser la real, o la inventada por quien la observa.
El edificio de viviendas en la Calle Orzán 206-208, obra del arquitecto coruñés Arturo Franco Taboada, es un proyecto complejo, con capacidad de adaptación, resuelto con minuciosidad y maestría en un contexto tan complejo como el extremo de la plaza de Pontevedra