ARQUEOLOGÍA INDUSTRIAL
Vamos a hacer hoy un recorrido por el antiguo "cerco industrial" de la ciudad de Peñarroya-Pueblonuevo, ese emporio fabril sin parangón en Andalucía a comienzos del siglo XX, donde podrá contemplar los restos de edificios singulares y chimeneas todavía enhiestas que le sorprenderán. Durante los últimos años muchos, desde el Ayuntamiento de Peñarroya-Pueblonuevo existe un ve
rdadero interés por la conservación de su pasado industrial, de vestigios del inicio de la Revolución Industrial, y que en poco tiempo dejará de ser de propiedad privada, gracias al acuerdo alcanzado entre los propietarios del mismo y el consistorio peñarriblense. Gracias a este acuerdo, toda esta extensión de terrenos, junto con la riqueza arqueológica e industrial existente en la zona pasará a ser propiedad de los ciudadanos de Peñarroya-Pueblonuevo, algo que nunca debió de dejar de ser. Todos los peñarriblenses y visitantes podemos sentirnos orgullosos al contemplar buena parte de nuestro patrimonio arqueológico industrial. Iniciamos nuestra visita con un grandioso edificio: la interesante mole de la nave que sirvió como Almacén Central a la multinacional Sociedad Minera y Metalúrgica de Peñarroya (S.M.M.P). Fue construida con unas dimensiones gigantescas hacia 1910, pues sobrepasa los 14.000 m2, y en ella se observa claramente el diseño de Eiffel con sus pilares y estructuras metálicas enormes, no soldadas sino roblonadas. A la entrada nos llaman la atención los tacos de madera del piso y la doble vía del ferrocarril que avanzan hacia los muelles de carga y descarga del interior, dada que la empresa centralizaba desde allí las existencias de todo tipo de mercancías. Destaca por su luminosidad natural conseguida por el planteamiento de la cubierta de dientes de sierra, donde la parte vertical, orientada a Levante está acristalada y la horizontal de teja plana sevillana está sujeta y clavada sobre parecillos de madera. Hoy día, gracias a los trabajos desarrollados en este edificio por diferentes escuelas taller, gracias al Ayuntamiento de Peñarroya-Pueblonuevo y la Junta de Andalucía, se está recuperando poco a poco esta joya arquitectónica, referente de nuestro pasado glorioso. Este lugar se ha convertido en un centro en el cual se desarrollan distintas exposiciones, ferias y eventos a lo largo de todo el año. A continuación pasamos a la segunda parte del viejo cerco y nos encontramos de frente con las naves de la fundición y restos de laboratorios. Aquí destacamos entre todos el edificio que consideramos más antiguo, fechado en 1891, donde se fundían los metales nobles, oro y plata. Tenemos a la vista un nave rectangular, orientada de Sur a Norte, con un redondo ventanal en la fachada principal, encima de la cual está indicada la fecha de su construcción. Es un edificio de ladrillo macizo con anchos muros y enormes pilares que sostienen una techumbre de doble cubierta de teja plana similar al Almacén Central. Sus arcos de medio punto en puertas y ventanas y su galería abovedada de cañón nos retraen al estilo neorromántico del pasado siglo. La chimenea que contemplamos adosada y en buen estado de conservación completa el conjunto, además de los restos de edificios fabriles anexos. Seguimos nuestro itinerario entre cascotes y ruinas de edificaciones hasta llegar a la tercera parte de talleres generales, mecánicos y de calderería. Un airoso edificio nos contempla, es la nave Nordon, la cual nos da una idea de la importancia que tuvo en su momento de esplendor. Está construida en ladrillo negro hecho con carbonilla en este mismo complejo industrial, con cubierta de doble vertiente y teja plana alicantina, engarzada de forma similar al resto de edificios. El puente grúa que contemplamos a la entrada tenía más de 5 Tm. En frente de la estación tenemos las ruinas de los hornos de coque con sus dos chimeneas, de las que una está francamente bien y merece la pena ser conservada en la futura y deseable planificación de la zona, una vez que pase a ser propiedad pública de la ciudad. Continuamos caminando hacia el lateral paralelo a la travesía de la Carretera N-432, y entre restos de vías férreas y conductos subterráneos de cables eléctricos está el semiderruido edificio de la antigua central térmica que funcionó entre 1918 y 1963 donde apreciamos la búsqueda de la autosuficiencia de la S.M.M.P. al disponer de su propia energía, una vez que pase en sus instalaciones de la fase de v***r a la electricidad. Vamos saliendo del cerco, dejando estos edificios, pensando en lo que fue hasta hace cuarenta años este enorme complejo industrial, con sus 3.000 hombres trabajando aquí, sus chimeneas humeantes y sus sirenas silbantes, que nos hablan de un tiempo pasado. Cruzamos la travesía de la carretera nacional, entramos en la otra parte industrial, actual polígono de La Papelera, donde encontramos la segunda serie de importantes edificaciones de origen fabril entre las que destacamos: la nave del Instituto Tecnológico Geominero, la enorme chimenea adosada al mismo en buen estado de conservación y el edificio emblemático de la ciudad de Peñarroya-Pueblonuevo: La Yutera. Este fue proyectado por el gabinete de Eiffel en París en 1908 y constituye con sus 10.000 m2, de los que su mayor parte están recuperados, el otro gran edificio industrial, junto al Almacén Central de la población. La perfecta restauración llevada a cabo en este caso nos anima a pensar que también es posible hacerla en los otros edificios y chimeneas reseñados, y que aquí nos da una clara idea de lo que fue en su momento cuando a partir de 1914 hasta finales de la década de los 50 se fabricaron productos derivados del yute y otras fibras naturales. No debemos acabar nuestro itinerario sin antes admirar en el interior de esta magnífica nave el fabuloso Museo Geológico y Minero, hoy en vías de ampliación, uno de los mejores en su género en toda España, y sus amplios pabellones.