21/08/2022
¡VUELVO A CASA POR AGOSTO!
Alzo mi copa de vino para brindar por todos los paisanos que por emprendieron su vida lejos de Salamanca. Por esos charros que al marchar llenaron su maleta de sueños, proyectos laborales, alegría por una vida nueva, aventura, amor... Sea cual fuese su partida, en ninguna de esas maletas faltó la nostalgia. Nostalgia de los recuerdos, de su infancia, de su familia, de los rincones de su ciudad, los olores, los colores de sus piedras, nostalgia del camino andado hasta llegar al destino en el que hoy se encuentran.
Para el charro ausente y que ha regresado en agosto, Salamanca está presente en su pensamiento, ligada a grandes y bellos momentos de su vida y esa nostalgia es un oasis de inspiración en los malos momentos, un remanso de paz donde refugiarse, recordar y coger fuerza.
Detrás de cada charro que se fue hay una historia, pero también un deseo común: Volver cada agosto para disfrutar de las vacaciones a su ciudad, esa que los añora y a quienes siempre agradece su contribución al recordarla en la distancia, al hablar de ella de manera tan apasionada. No hay mejor embajador de Salamanca que el salmantino ausente, cuyo objetivo es regresar en estos días estivales para volver a encontrarse con sus calles, con sus rincones, pasear su Plaza Mayor bajo los sones nocturnos de la tuna, o disfrutar de su plácido ambiente.
Salamanca los recibe, bella y acogedora, ansiosa por devolverle los recuerdos de quienes se marcharon. Porque es una madre que nada reprocha y recibe con los brazos abiertos al hijo que vuelve.
Vuela hoy, desde esta página, un abrazo y el deseo de compartirla con vosotros, de ver en vuestros ojos la alegría al volver a pasear la ciudad teniendo la sensación de que nunca os fuisteis, respirar profundo y exclamar de nuevo ‘¡Vuelvo a casa por agosto!’.
TEXTO: Paco Cañamero