27/04/2022
La fuente del Tribunal de las Aguas
Si hay una fuente fotografiada por los turistas compulsivamente, esa es la de la plaza de la Virgen. Quizá sea por su monumentalidad, o porque en verano refresca y es agradable sentarse junto a ella. Sea como fuere, es un punto de encuentro claro y es bien conocida por visitantes y ciudadanos.
Cuál es el sentido de la fuente es fácil de adivinar: Alude al Tribunal de las Aguas, por otra parte su nombre oficial, una institución que mediante un juicio oral, público e inapelable, cada jueves, tiene lugar en la Puerta de los Apóstoles. Como hemos visto, esta fuente tampoco está en la plaza que da nombre, pero de eso estamos acostumbrados.
La fuente es obra de Manuel Silvestre Montesinos y fue inaugurada en 1976 y quizá, eso explique muchas cosas.
Aviso a los lectores, que estas conclusiones son estrictamente una reflexión personal y en ningún caso creo que sea la idea del artista. El caso es que siempre he pensado que esta fuente es un homenaje al patriarcado y un ejemplo de machismo escultórico. Vamos a desgranar lo que observamos con perspectiva de género:
Para empezar, destaca un hombre semirecostado, un varón barbado que representa el río Turia. En masculino. Su torso tiene una apariencia fuerte y una túnica oculta pertinentemente sus genitales. Sostiene una cornucopia o cuerno de la abundancia, aludiendo al origen romano del nombre, ya que este era el emblema de la antigua Valentia.
A su alrededor, y en un tamaño mucho menor, figuran ocho mujeres completamente desnudas, sin esa pertinente túnica y con peinado de valenciana y peineta. Representan las ocho acequias, en femenenino, subsidiarias del río Túria, en masculino, sin el cual no tendrían razón de ser. Todas ellas portan un cántaro del que surge el agua que ofrece el varón, el río Túria. De esta forma tenemos las ocho acequias históricas, la de Benager i Faitanar, Rovella, Favara, Quart, Tormos, Rascanya, Mislata, y Mestalla.
Todas estas acequias, de origen musulmán, han dado nombre a pueblos, barrios, edificios o calles y han sido la razón de la productiva huerta valenciana, y clave en el desarrollo urbano, político y social de nuestra ciudad.