07/01/2025
NOCHEVIEJA EN UGANDA, si tuviese que describir como fué la noche del 31/12 con una sola palabra, esta sería CONTRASTES.
Del 30/12 al 1/01 nos alojamos en un lodge dentro del Parque Nacional Queen Elisabeth. En la misma pista de acceso al alojamiento el día de llegada nos encontramos con impalas, una 🐍 (creo recordar que era una piton) y un hipo 🦛. Ya en el hotel, lo primero fueron instrucciones de seguridad, ya que como habíamos comprobado en el camino, estabamos en pleno parque, en plena naturaleza... Queen Elisabeth prometía... ¡y así fue! Mientras unos hacían safaris matutinos, otros disfrutabamos de una experiencia completamente local en las salinas de Katewe y su pueblo de pescadores 🎣 (empezamos a vaciar la maleta de camisetas, gorras y chuches 🍬 para los niños). Por la tarde, el grupo al completo, realizamos un safari en barco por el canal Kazinga. Tuvimos a escasos metros manadas de elefantes 🐘🐘🐘🐘🐘🐘, decenas de hipopótamos 🦛🦛🦛🦛🦛🦛, cocodrilos 🐊🐊🐊, bufalos de agua 🐃🐃🐃, pájaros de todo tipo 🕊🐦🕊🐦... La definición unánime sobre este paseo era "experiencia inolvidable" y eso que aún lo mejor estaba por llegar. Felices y entusiasmados, bajamos del barco y subimos a los jeeps de regreso al hotel cuando de repente los jeeps se paran y los guías se ven visiblemente eufóricos ¡LEOPARD! me grita Cesar en voz baja 👁👁 abrimos los ojos como platos y allí estaban, delante de nosotros entre la vegetación; 1 no, 2 tampoco ‼️🐆🐆🐆 3, eran 3 leopardos juntos que teníamos la suerte de contemplar. Estuvimos pendientes de ellos, ya que parecía iban a cazar a alguno de los mamíferos que tenían realmente cerca. Nunca había presenciado una escena de caza, el entusiasmo era visible en mi cara y mis manos. Finalmente no cazaron, decidieron cruzar la pista por delante de uno de los jeeps de nuestro grupo, como si de un pase de modelos se tratara, primero uno 🐆 y después los otros 2 🐆🐆 hermosos, elegantes y majestuosos. El broche de oro 🥇a un fantástico día en el que pocos sabían la suerte que habíamos tenido 🍀🍀🍀. Y con esa sensación de fortuna y satisfacción llegamos al lodge. Una 🚿 y al sarao de nochevieja, que también prometía. Una mesa bien puesta en el jardín del hotel, junto al tipico fuego africano. Llamaba la atención una mesa con 3 sillas, tipo un altar, con otras tantas sillas colocadas como para ver una celebración, pero no pregunté. Nos centramos en nuestra cena, un buffet con platos fríos y calientes, barbacoa especial con pollo y pinchos de ternera y de postre frutas variadas y dulces cargados de azúcar decorativo, todo ello bien regado de cervezas frías y vino, mucho cachondeo, risas, chistes y buen rollo. Mientras algunos terminaban de cenar, otros estaban de sobremesa y otros no podían reprimir sus ganas de bailar💃💃🕺🕺, llegaron al hotel un par de minibuses cargados de ugandeses; hombres, mujeres, niños y bebes. Aquellas personas, con su mejor sonrrisa empezaron a ocupar aquellas sillas dispuestas frente a lo que resultó ser lo que parecía, un altar. Frente al altar el coro, quienes se vistieron todos con túnicas rojas. Alrededor del fuego, los feligreses, entre los que reconocimos a personal del hotel e incluso del equipo de logística de nuestro viaje en grupo. Bajo nuestra atenta mirada, el sacerdote, con sus vestiduras blancas, se acercó a nuestra mesa y nos invitó a participar de su "cross over prayer service", lo que venía siendo una misa de año nuevo. Algunos decidimos quedarnos a la misa, otros subieron a la terraza del restaurante donde estaba prevista la fiesta de año nuevo. No tenía ni idea de que en un Uganda se celebra la entrada al nuevo año con una misa de agradecimiento, y la verdad que para mi fué uno de los momentos más 🔝🔝🔝 del viaje ¿quién ha viajado a USA y no ha ido a una misa Gospel? Por ejemplo. Pues allí los teníamos, dispuestos para celebrar el fin de año y agradecer el año nuevo, con sus cantos, sus bailes, sus emociones... todo era natural, no había un guión, no formaba parte de una turistada, era la autenticidad del momento, y yo estaba allí para vivirlo, sintiendome afortunada y agradecida por la experiencia que de casualidad me brindaba la vida y echando de menos a todos aquellos amigos con los que comparto el sentimiento de disfrutar lo que Africa nos pone delante. Estuve un ratito en la misa, a las 23:50h subí a la fiesta para entrar en el nuevo año con mis compañeros de viaje y tras las campanadas africanas a ritmo de tambor 🥁🥁🥁🥁🥁🥁🥁🥁🥁🥁🥁🥁 y abrazos con los mejores deseos para este 2025, volví a la misa. Hay tiempo para todo 😉. Allí no se habían inmutado por el hecho de que el reloj hubiese dado las 00:00h, seguían con sus cantos, sus palmas y sus plegarias. No les molestaba que entre canción y rezo, en los momentos de silencio en la misa, se escucharan canciones como "la potra salvaje" a un volumen más que alto, igual que no les importaban las voces que cantaban esta canción por encima de su volumen 🤣 una estampa cuánto menos curiosa. De las pocas cosas que entendía de lo que decían, además del "wevale nyo" (GRACIAS🙏), pude entender que muchas de aquellas personas habían viajado hasta allí desde Kampala, la capital. Esto me impactó 😯, que esas personas hubiesen viajado 420km para llegar a la celebración, que hubiesen recorrido 8 horas en bus por aquellas carreteras, me hizo sentir más afortunada, y no dude en unirme a sus palmas y a su baile en cada canción, ante la sorpresa de algunos y las sonrrisas de timidez y complicidad de otros. Al terminar la misa, mientras ellos subían al bus y regresaban no se donde, yo volví a la fiesta. Algunos compañeros se habían acostado ya pero allí quedaba la resistencia ¿que menos que celebrar las campanadas a la hora española (las 2:00h en Uganda)? Pues si, celebramos las peninsulares, las canarias y algún uso horario más... 🤣🤣🤣🤣🤣 Una noche para el recuerdo 🎉🎉🎉
