25/11/2023
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Seis chicos con síndrome de Down arrasan con su negocio de pizzas.
Los jóvenes son un claro ejemplo de superación y su pyme está causando furor en Buenos Aires, Argentina.
(Hemos modificado la noticia, nos la habían pasado sesgada). Disculpas
Mateo tiene 24 años y, según cuentan, una mano especial para amasar. Leandro y Mauricio, además de coincidir en sus 22, les dan un toque especial a las salsas. Sebastián y Tomy, por su parte, son los encargados de preparar las recetas aptas para celíacos. Mientras que Pablo, el mayor con 42, y Franco, el pequeño con 19. Los seis tienen Síndrome de Down y son especiales. ¿Por qué? Porque en un momento donde el trabajo en Argentina no sobra, ellos decidieron juntarse y armar un pequeño emprendimiento laboral. Le pusieron Los Perejiles y ofrecen un servicio de pizza party. A domicilio, claro. Y son furor: en apenas dos meses, ya realizaron casi 30 eventos.
Los chicos son amigos desde hace años. Se conocieron hace ya algunos meses en el taller al que concurren, los sábados y que les dio las herramientas y la organización para hacer realidad el sueño de los seis. Leandro López es profesor de educación física y psicomotricista y fue uno de los que junto con Kevin Degirmenci les propuso a los papás de los seis chicos acercarles una salida laboral. Así, sin querer queriendo, ambos se convirtieron en los coordinadores de Los Perejiles. Y, cuenta, fue una decisión que les cambió la vida.
“Los Perejiles se comenzó a gestar cuando les planteamos a los padres el problema del trabajo, porque los chicos estaban yendo a un colegio especial donde los forman en distintos oficios supuestamente con salida laboral. Pero luego queda todo ahí”, le contó. Y agregó: “Y hoy no sólo es una realidad, sino que es algo único. En el taller tenemos chicos que no sabían hacerse ni un sandwich para merendar, cruzar la calle o hacer los quehaceres domésticos. Y todo cambió”.
Encontrar el negocio justo no fue fácil. Se barajaron varias opciones. Pero ahí fue determinante Leandro, que acababa de recibirse como Maestro Pastelero. La cocina, entonces, iba a ser esencial. Y la pizza se convertiría en la vedette del emprendimiento cuando Mateo, otro de los chicos, recibió su título como Maestro Pizzero en la escuela de la Asociación de Propietarios de Pizzerías y casas de Empanadas (Appyce). Aunque Mauricio, Sebastián, Tomy, Pablo y Franco no tenían experiencia previa, rápidamente pusieron manos a la obra (o a la masa). Ahí llegó el momento de repartir roles.
¿Quejas? Ninguna. Al parecer, todos son excelentes profesionales. Y quien los contrata puede quedarse tranquilo de que el servicio es premium. Un dato: los chicos llegan a cada evento con su propio horno y utensilios de cocina y ya tienen distribuidas de antemano las tareas entre quienes se ocuparán de preparar la comida y quienes oficiarán de mozos.
La repercusión de la movida fue muy grande. Aunque lo que más contentos pone a los seis integrantes son los comentarios que reciben a diario en la página de Facebook que tienen. “Hay muchos que los felicitan por superarse, por demostrar todo lo que valen, pero ellos lo que más disfrutan es cuando les dicen que la comida estaba riquísima”.
Preparados por ahora para brindar su servicio en zona Norte y Capital (tienen planeado expandirse hacia el Sur y el Oeste del Gran Buenos Aires), esperan más y más pedidos. Por eso, no dudan en aclarar que aquellos interesados en contactarlos pueden hacerlo mediante su Facebook o escribiéndoles a [email protected]. Sin duda, son unos chicos especiales. Y que tienen muchísimo por hacer.