23/01/2013
INFORMACIÓN
SER UN ORGANIZADOR
El Organizador de Eventos
Aceptar la ejecución de un evento requiere, por parte de su organizador, el mayor profesionalismo. Este acontecimiento es único y, en el ámbito corporativo, puede reforzar o enaltecer la imagen de una empresa.
El trabajo que representa, como el dinero invertido deben ser justificados con resultados trascendentes. Un evento es irrepetible y el éxito del mismo dependerá no sólo de la empresa, sino del organizador que tomará la responsabilidad del mismo.
Tal compromiso debe ser asumido sólo por una persona que reúna determinadas características, que lo enmarquen dentro de los que es un verdadero Organizador de Eventos.
Su perfil debe ser similar al de un coordinador general, con una amplia experiencia en el ámbito empresarial y social.
Tiene que ser un profesional con experiencia en eventos de esa naturaleza, en puestos de dirección, con amplio criterio y sentido común para manejar diversas situaciones. Debe tener habilidad para el manejo de personal, una mente innovadora y creativa para tomar decisiones, suministrar ideas productivas y tener capacidad coordinadora. Debe ser metódico, pragmático, detallista, flexible, organizado, tener sentido del humor, conocimientos de administración e informática, buena reputación y presentación. En lo posible manejo de otro idioma.
El organizador de eventos debe poseer creatividad. Convendría, en el plano humano, que tuviera características tales como un natural manejo de las relaciones públicas, virtudes tan contrapuestas como autoridad y paciencia, disciplina y pasión, y que fuera minucioso y exigente, pero conservando siempre un perfecto autodominio.
En el aspecto profesional debería capacitarse para conocer algunas técnica básicas de la Organización de Eventos.
Deberá aspirar a ser líder, aunque antes tendrá que ser un individuo disciplinado, apto para interpretar y ejecutar directivas, sobre todo si trabaja para empresas.
Tener habilidad para percibir con detalle todos los elementos económicos, políticos, sociales, que intervengan en la realización del evento. Asimismo ser conciente de la inversión de tiempo, dinero y recursos humanos que hace la empresa; ser positivo y responsable, respetado por sus superiores y subalternos por sus conocimientos.
Es su función mantener una supervisión estricta sobre las responsabilidades y acciones delegadas a terceros y verificar su ejecución. A la vez tener habilidad para aprender y compartir propuestas generadas por el grupo de trabajo; ser un comunicador eficaz de ideas e instrucciones; saber seleccionar a sus colaboradores por sus capacidades y conocimientos; saber conciliar los intereses de la empresa con los de los asistentes al evento, teniendo presentes sus diferencias.
No existen límites de edad ni s**o para ser un buen organizador, es cuestión de evaluar las fortalezas y debilidades y encauzarlas correctamente.
Son muchos los organizadores de eventos que existen en la actualidad en el mercado. Muchos se hicieron con la práctica, partiendo de alguna rama de servicios como catering, espectáculos, asistencia técnica, y otros, los más recientes se formaron a través de carreras o cursos.
Cada uno tiene su propio estilo, se especializaron en alguna categoría de eventos y ofrecen variedad de servicios en cuanto a calidad y precio.
Lo cierto es que un evento dirigido y producido por un Organizador siempre es más prolijo y espectacular que uno realizado por un particular, que sólo se limita a contratar los servicios sin supervisar o coordinar, planificar o dar un enfoque creativo.
Por eso los eventos empresarios o sociales de importancia, y con más razón los megaeventos, requieren de un Organizador, un profesional preparado para lograr que los mismos se conviertan en acontecimientos inolvidables.
Comentarios
Indispensable...
Tener capacidad de mando y poder de coordinación.
Ser creativo, innovar en cada evento.
Ser exigente y selectivo en los servicios que va a tercerizar y representar ante la empresa contratante.
Ser original, impulsar un sello propio.
Como comunicador debe saber oir, para conocer bien a sus clientes y proveedores, como hablar, para ser un buen interlocutor.
Demostrar eficiencia y responsabilidad.
Ser exigente consigo mismo, perfeccionándose con prácticas y cursos.
Ser autocrítico.
Relacionarse con empresas, particulares, otros organizadores y asociaciones afines que permitan posicionarlo y darlo a conocer mejor en el mercado de eventos.