15/08/2023
EL ÁMBITO GUERRERENSE -SIGLOS XVI y XVII- 27ª parte
Como se comentó en la cápsula anterior, la reorganización de los señoríos prehispánicos en república de indios la iniciaron los frailes franciscanos. Después, el virrey Antonio de Mendoza (1535-1550) impulsó esa empresa con la asesoría de los franciscanos que no era otra cosa que establecer una nueva civilización en Nueva España con base en ideas renacentistas derivadas de los términos polis o ciudad y un gobierno conocido como república. Ese proceso se inició en el siglo XVI y para el siglo XVII había pueblos de nativos organizados con base en esos paradigmas. De ese contexto resultaron varias cuestiones, una de ellas es lo que ahora conocemos como comunidad indígena. Es necesario recordar que el teucyotl o señorío prehispánico estaba caracterizado en general por un patrón de asentamiento disperso. En lugar de aldeas compactas encontramos más bien centros políticos-ceremoniales (altepetl o pueblo cabecera) y en sus alrededores asentamientos dispersos (calpulli) dependientes de esos centros de poder, en otras palabras, eran unidades políticas internamente jerarquizadas con una pronunciada estratificación social. Johanna Broda (1979) hizo notar que estos señoríos sobrevivieron después de la conquista española (1521-1524). En ese sentido dice: “se observa una clara continuidad de instituciones prehispánicas hasta los años 1550 y 1560, a partir de entonces varias reformas causaron profundos cambios y una completa reorganización de estas instituciones en la segunda mitad del siglo [...] de acuerdo con nuestro análisis, esta tendencia de crear una comunidad campesina igualitaria fue más bien el resultado de la política colonial, y no consecuencia de la continuidad de formas prehispánicas.” Daniele Dehouve (1994) coincide con Broda y dice: “en el ámbito de la sociedad novohispana nació la llamada comunidad indígena, una organización específica del grupo local dotada de representantes civiles, con tierras comunales y un culto sostenido por cofradías (las actuales mayordomías), con intereses comunes”. La comunidad indígena resultó de congregaciones y la disociación de pueblos (altepetl) y sujetos (calpulli) de sus pueblos cabecera. Sin embargo, en ese proceso otros señoríos desaparecieron, como el caso de Acamalutla que era un pueblo cabecera que, en 1569, era importante porque en él habitaba el alcalde mayor de Acapulco y el vicario de esa región. Sabemos que, después de la conquista española (1521-1524), un calpulli o sujeto de Tistla se agregó al señorío de Acamalutla, conocido Tixtlancingo. Síntomas de la desintegración de ese teucyotl los refiere un documento del virrey Lorenzo Suárez de Mendoza, fechado el 14 de febrero de 1581, en donde indica lo siguiente: “hago saber a vos el alcalde mayor de la provincia de Acapulco que por parte de los naturales del pueblo de Acamalutla me han hecho relación que los de Tistlancingo su sujeto hicieron este año contra la costumbre que hasta aquí se ha tenido y guardado, elección de alcaldes y oficiales de república sin ordenar su cabecera”. Es decir, sin permiso virreinal, los naturales de Tixtlancingo empezaron a elegir alcaldes y regidores, implicando la intención de desvincularse de Acamalutla. En la próxima cápsula continuaré con este asunto. Texto: Rafael Rubí Alarcón, Asociación de Historiadores de Guerrero, A. C. Imagen: Mapa de las provincias de Acapulco y de los yopes (1550-1569). En el aparecen los remanentes del señorío de Acamalutla. Elaboró: Raúl Vélez Calvo — Rafael Rubí Alarcón.