14/07/2024
Vivamos este tiempo sin miedo, creciendo desde nuestro interior. La libertad que nos da el saber nos orienta sobre los caminos a seguir, y eso nos libera.
Las nuevas tecnologías de información y comunicación pueden ofrecernos una vida mucho más plena si se usan bien. En un mundo ideal, no habría enfermedades ni pobreza. Pero tal como veo las cosas ahora, parece que en lugar de ayudarnos, estas tecnologías nos están alejando de nuestra humanidad. Es fácil notar que las nuevas generaciones tienen hábitos preocupantes. Por ejemplo, en muchas familias jóvenes, es común que durante la comida cada uno esté con su celular en lugar de conversar y compartir. Esa desconexión es evidente; lo vemos por todas partes. Incluso hay gente que se tropieza en la calle por ir mirando su teléfono. Estos nuevos hábitos nos están llevando a una desconexión, pero es importante estar conscientes de lo que ocurre. Cuantos más humanos despiertos haya, más podremos resolver conflictos.
Nadie tiene la verdad absoluta, y es claro que no vamos por buen camino. Esta reflexión puede no ser agradable, pero es aleccionadora. Debemos ver los acontecimientos tal como son, no para temer, sino para prepararnos. Vinimos a este mundo, recordémoslo o no, para aprender sus lecciones. ¿Qué podemos aprender de lo que estamos viviendo? ¿Cómo cuidarnos? Nuestra experiencia nos enseña a estar alerta, a no escuchar solo lo que nos dicen, sino a entender lo que realmente se quiere comunicar y lo que se oculta. Debemos estar despiertos, porque cuanto más despiertos estemos, mejor podremos enfrentar todo.
Podemos ser positivos. Meditar u orar es fundamental para conectarnos con nuestro interior y tener la fuerza para superar situaciones difíciles. Las profecías y visiones de personas con dones especiales nos brindan conocimiento y prevención. Si no les prestamos atención, podrían convertirse en realidad. Este espacio-tiempo en el que estamos es resultado de nuestra conciencia global. Si la cambiamos, si despertamos, cambiaremos esa realidad. Las cosas no cambian solo por ser positivos; cambian cuando nos unimos. Todos somos uno y el uno está en todos. El poder que tenemos es grande y no pertenece a unos pocos.
Cuidémonos, estemos en consonancia desde nuestro interior y con quienes quieran escuchar y despertar. Siempre habrá gente que no quiera cambiar hasta que todo empiece a transformarse. No podrán decir que no tuvieron información, porque la hay. Es cierto que hay mucha mentira, y está bien escuchar que todo va a ir bien, que debemos ayudarnos y reforzarnos positivamente. Pero la verdad nos ayudará a planificar nuestros siguientes pasos. Sin conocer la verdad, no podemos planificar cómo movernos, y eso es importante.
La parte más importante es el discernimiento y el cambio desde dentro de cada uno de nosotros. No se puede lograr una conciencia total, comunal y mundial sin un cambio personal e individual. Todo cambia cuando somos uno con todos. ¿Qué quiere decir esto? Que cuando esta conciencia entra en nosotros y entendemos que el otro es parte de nosotros y nosotros de ellos, podemos modificarlo todo. Pero solo desde el cambio interno y personal podemos avanzar, porque somos como ondas expansivas. Ayudamos a otros con nuestra manera de ser y de proceder sin miedo, cuidándonos y cuidando a los que están a nuestro lado en la necesidad sanitaria, médica, emocional y alimentaria. Si estamos preparados y discernimos la información que nos llega, tendremos la capacidad de salir adelante.