14/10/2020
TECHALILIZTLI IPAN PETATL...
"La ofrenda en el petate"
La ofrenda de día de mu***os, es todo un ritual lleno de tradición, costumbre y colorido. En algunos pueblos de México y a pesar de la mezcla que se dio con otras culturas no por ello perdió su significado y la interpretación de su origen, así como el uso de elementos que le dan actualmente una originalidad única que ningún otro lugar tiene. La ofrenda es un momento de comunicación con las fuerzas de la naturaleza, ellas son quienes transforman y entregan un cambio en el campo y en el tiempo, en este ritual el hombre recuerda su estrecho vinculo con la tierra, y por consecuencia se involucra toda una comunidad o pueblo para representar en un acto ritual y sagrado su agradecimiento a las fuerzas creadoras de la naturaleza por un año más de buenas cosechas.
Sahagún en sus crónicas menciona que el petate en sus cuatro esquinas, simbolizaban a los cuatro rumbos del cosmos y la tierra en sí.
En todos los pueblos agrícolas del altiplano central mexicano el petate representaba el campo, el lugar donde el ser humano cultiva, siembra y recibe el maíz, recordando de que esta hecho, pues su fuerza y trabajo puesto en la tierra es recompensado por el sustento; y es aquí donde se crea un vínculo, la dualidad hombre-mujer, la tradición oral Huexotzincatl dice que el campo tiene rostro de mujer. La gente, al igual que las milpas, toman la vida de las fuerzas generadoras de la tierra en forma de alimento. Y por lo tanto deben devolver estas fuerzas, pues de lo contrario quedan en deuda con la tierra aun después de mu***os. El cuerpo mismo de los mu***os que se reintegra a la tierra,
ya sea completo o como cenizas, es una imagen metafórica de la devolución de las fuerzas de crecimiento a su sitio original. Pero como cada parte del ciclo agrícola requiere de actos rituales para garantizar la buena marcha del mismo, se colocan ofrendas que deben ser parte de la reintegración de las fuerzas señaladas. Todas ellas se alimentan del aroma de la comida, el copalli, tortillas, actualmente el pan, las flores, los frutos y bebidas como el pulque o mezcal.
El entretejido del petate representa a la Tierra, y más especificamente a su superficie, es el espacio o nivel donde vive la humanidad y donde desarrolla sus actividades, especialmente la de carácter agrícola. Actuar y vivir sobre la tierra implica una constante comunión con ese ser vivo de donde provienen los mantenimientos del hombre y a donde se reintegran los restos mortuorios del mismo. Metafóricamente, existen muchas formas de aludir a la superficie terrestre. A la tierra se le
habla con reverencia y se le llama "mi madre y mi señora tierra o "mi princesa tierra", en ocasiones se le "amonesta" para cumplir sus obligaciones durante la siembra (Ruiz de Alarcón, 1953: 101, 103, 105).
En el fin, del ciclo agrícola que termina en los primeros días de noviembre con una duración de 260 días iniciando el 2 de febrero, a nuestra madre se le ofrenda, se le alimenta, porque ella es quien nos da el sustento; es una mujer viva y se le llama la "venerable madre tierra", objeto de pagos y agradecimientos. Los rituales o ceremonias consisten en colocar ofrendas de elotes, chiles, melones, calabazas, sal, copal, velas y flores a Tonantzin, "nuestra
madre venerada" (Good, 2001: 250-253).
La tierra es una representación de la superficie como un entretejido de petate. Y en estos días se manifiestan las fuerzas frías que piden una ofrenda para entregar un cambio de ciclo en el tiempo, muy necesario para el campo en su interpretación simboliza: su descanso, y se les deben alimentar a todas esas fuerzas regeneradoras que cada año regresan y se hacen presentes mediante el frío o lluvias para que cumplan su labor. Esto es un intercambio que se da cada año entre el hombre y la naturaleza. A través del petate es donde se recuerda nuestro origen, ahí se nace, se muere, se transciende como la semilla de maíz.
Huexotzinco en su tradición tiene también las enseñanzas y el conocimiento Otomí incluso menciona Christián Siruguet Díaz en su libro Historia prehispánica de Huejotzingo (esplendor de un reino olvidado) que el Otomí fue el primer lenguaje que usaron los antiguos hombres Huexotzincas para comunicarse después de conocer el nahuátl. En la fotografía nos muestra una mujer Otomí de Alfajayucan, Hidalgo, colocando la ofrenda sobre un petate.
Lo he mencionado en todos los temas de tradición oral que expongo aquí, para nosotros las fuerzas, fenómenos o leyes de la naturaleza, otros las interpretan o le nombran dioses.
Tlazohcamati
Manuel Diaz
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Foto: Héctor Vázquez