
18/01/2025
El Observatorio de Chichén Itzá, conocido como El Caracol.
Una de las estructuras más fascinantes y misteriosas de la antigua ciudad maya. Este edificio circular, que destaca por su singular forma y su orientación astronómica, se cree que fue utilizado como un observatorio para estudiar los movimientos de los astros, especialmente los planetas y las estrellas, y para desarrollar el calendario maya, basado en el ciclo de los astros. Su diseño revela un alto nivel de conocimiento en astronomía.
El Caracol tiene una planta circular, de aproximadamente 9 metros de diámetro, y una altura de 6 metros.
Su nombre, "El Caracol" (que significa caracol en español), se debe a la escalera en espiral que se encuentra en su interior, lo que recuerda la forma de un caracol.
Se cree que El Caracol fue utilizado para observar los movimientos de Venus, el Sol y otras estrellas o planetas importantes para los mayas, como Júpiter y Mercurio. Venus, en particular, tenía un gran significado en la cosmovisión maya, siendo asociado con la deidad Kukulkán.
Durante las excavaciones, se encontraron vestigios que indican que El Caracol no solo era un observatorio, sino también un lugar de aprendizaje y enseñanza. Los mayas que trabajaban en el observatorio probablemente tenían una gran formación en matemáticas, geometría y astronomía.
La estructura está alineada con ciertos fenómenos astronómicos, como los equinoccios y el paso de Venus por el cielo, lo que muestra que los mayas empleaban El Caracol para hacer observaciones detalladas y realizar cálculos precisos de los ciclos astronómicos.
El Caracol sigue siendo una de las estructuras más representativas de Chichén Itzá y un testimonio del sofisticado conocimiento de los mayas sobre el cosmos.
El Caracol es mucho más que una estructura arquitectónica; es un reflejo de la profunda conexión de los mayas con el universo y su habilidad para leer los cielos con una precisión impresionante.
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