09/06/2024
LA PIEDRA DEL SOL O CALENDARIO AZTECA EN CATEDRAL.
Algunas naciones europeas en el S. XVIII criticaban la conquista de México reduciendo este hecho trascendental en el mundo, al sometimiento de un grupo de salvajes por parte de los castellanos. Eso no tenía mérito, decían autores como Paw en sus "Investigaciones filosóficas sobre los americanos".
En respuesta el espíritu criollo comenzó a mostrar al mundo los primeros estudios serios de las culturas de mesoamérica. Ven la luz trabajos como "Las disertaciones de Clavijero" que posteriormente serán conocidas como "La Historia Antigua de México". El descubrimiento de "La Piedra del Sol" coincidió con ese espíritu que llenó de orgullo al mundo criollo, y el virrey segundo Conde de Revillagigedo mandó colocar esta piedra en la torre poniente de Catedral.
Se pensó que era un almanaque o calendario, de ahí su primer nombre. Hoy sabemos que aunque contiene fechas calendáricas, también posee referencias míticas a deidades y otros datos interesantes. Su función fue como piedra sacrificial y debió estar originalmente a un costado (o arriba) del Templo Mayor, de ahí se retiró tras la caída de Tenochtitlan y permaneció a un costado de la primera Catedral, (cerca del Monte de Piedad) para ser enterrada por ordenes del Arzobispo Montúfar, a un costado del Palacio Virreinal, dónde fue localizada en el año de 1790. Fueron los criollos los primeros en estudiar y difundir la historia de estas culturas antiguas que habían permanecido más de dos siglos en el olvido.