
09/04/2025
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MIRINGUA (Leyenda Xarhákuarhu anápu) versión de la comunidad de Jarácuaro.
Traducción de Filiberto Ramos.
Dicen que solo espanta a los que son muy "kauíchas" (borrachos).
Siempre se escuchó hablar sobre personas que fueron encontradas ahogadas allá por la orilla, entre el lodo y el tule o como si ya amaneciendo de la cruda hubieran querido bajar a tomar agua de la laguna. Así cuenta la gente, que se los llevó la Miríngua.
Al último que le pasó fue a mi abuelo Antonio Cázares. Según ya lo andaba siguiendo desde meses antes pero nadie le creía, lo tomaban de mentiroso y miedoso pero hubieran visto su cara cuando llegó a tocar la puerta aquella noche, parecía "charáku" (bebé) todo "chónarini" (asustado).
Pobre abuelo, dejó de pegar esos hojos de "tukúru" (búho) hasta no hacer "móndani" (vaciar) la olla de mezcal que le serví, fue hasta después que me pudo decir que la había visto, que le había hablado como su esposa, frente a él, con la misma ropa y el mismo palo que usa para no dejarlo pasar cuando llega amanecido.
Le pregunté si en verdad le había pasado o tal ves lo habría imaginado pero por lo empachado y su rostro sabia que era la verdad, hasta me lo juró por san Pedrito y eso que mi abuelo nunca va a misa.
Comenzó a "miúni" (contar). Dice que cuando se le apareció ya andaba muy "kauícha" (borracho) pero que recordaba muy bien todo.
"La vi allá, por el zapote viejo cuando venia subiendo pero te juro hijo que pensé que era mi mujer , hasta le dije p'a que me buscas, yo voy a llegar sólo, pero se me hizo raro que no me reclamara, hasta me dijo: -¿apoco no tienes hambre? Yo por eso vine para que comas un taco y después te sales de nuevo si quieres.
-Pero se me hizo raro porque en ves de regresar por el mismo camino me dijo que rodearamos el panteón para que la gente no nos viera y bajar por otra calle; como desconfiar si llevaba la forma de mi esposa, la misma ropa, el mismo rebozo de siempre y el palo ese viejo de la tranca.
Al rato se me hizo raro porque no reconocía el camino y ni me daba cuenta de donde pisaba hasta que sentí en la planta de los zapatos la humedad del lodo que se metía por los hoyos de la suela, fue hasta entonces que entre en razón y pensé, bueno pues por este camino nunca hay agua y haciendo el esfuerzo de sobrio me di cuenta que había bajado hasta la orilla del lago, donde están los lavaderos y el lodo mas espeso. Entonces le pregunté a la mujer: bueno, ¿eres tú viejita? Pero no contestó.
-Esto contó mi abuelo y hasta el susto le volvió porque me pidió otra olla de mezcal para poder seguir contandome.
Dice que observó que la mujer no pisaba suelo si no que flotaba llamándolo por su nombre: ¡Antonio, Antonio, Antonio! Y en la tercera sabe Dios de donde s**o fuerzas para correr, dice que corrió como nunca olvidando su borrachera y botella de vino persignándose con todo aquél santo que recordaba.
Habrá sido la vieja suerte que se levanta con los aventurados borrachitos, porque de lo contrarió, si se hubiera quedado dormido seguro le habría tocado la mala fortuna.
La Miríngua es un personaje muy conocido en la tradición de los pueblos p'urhépecha, un encanto que hace olvidar a todo aquél que no entiende en su afán de seguir con el vicio del alcohol (particularmente), llevándolos hasta el grado de morir ahogados en el lago.
En comunidades de la Meseta, Ciénega y la Cañada; éste "ser" los lleva hasta los cerros y son arrojándolos a los zarzales y despeñaderos.
En Ihuatzio habrá más de una historia al respecto. Si conoces algún caso podrías compartirlo con nosotros.
CREDITOS: FiestasYtradiciones MagicasDe TzintzuntzanMich
Pátzcuaro en sus Historias y Memorias