El viajero vintage

El viajero vintage VEN Y RECORRAMOS JUNTOS LAS CALLES DE TU ALMA, LOS CALLEJONES DE TU MENTE, LOS BARRIOS DE TU ESPÍRITU
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Escritor apasionado, viajero incansable y soñador empedernido.

17/08/2024

LOS TROVADORES SON PERSONAJES QUE CUENTAN HISTORIAS POR MEDIO DE LA MÚSICA. CADA QUE PUEDO LES SOLICITO "MODESTA AYALA" UN CORRIDO FAVORITO DE MI MADRE.
MIENTRAS COMIA EN GUADALUPE, ZACATECAS, PUEBLO MÁGICO, ESTE HOMBRE HIZO MAGIA CON SU VOZ.

MI MADRE ME ECHÓ EN EL EXCUSADO AL NACER, ¿POR QUÉ MI AFÁN POR EXCUSARLA?TE SORPRENDERÁ MI NUEVO RELATO
17/08/2024

MI MADRE ME ECHÓ EN EL EXCUSADO AL NACER, ¿POR QUÉ MI AFÁN POR EXCUSARLA?
TE SORPRENDERÁ MI NUEVO RELATO

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ELUNICO LUGAR DE FANTASIAS QUE EXISTIA ANTES DE LOS DOSMILES Y QUE ERA DE VERDAD EL ESCAPE DE LOS HOMBRES A LA LIBERTAD....
15/08/2024

ELUNICO LUGAR DE FANTASIAS QUE EXISTIA ANTES DE LOS DOSMILES Y QUE ERA DE VERDAD EL ESCAPE DE LOS HOMBRES A LA LIBERTAD.

EXISTEN SITIOS QUE NI SIQUIERA IMAGINASTE. LUGARES EN LOS QUE EL DINERO, LA BEBIDA Y EL S**O ERA LO QUE MÁS IMPORTABA. ESTA ZONA DE TOLERANCIA FUE EN LOS AÑO...

EL CEMENTERIO DE COAHUILA MAS ESPANTOSO
15/08/2024

EL CEMENTERIO DE COAHUILA MAS ESPANTOSO

EL PANTEÓN SANTIAGO, EN SABINAS COAHUILA, ES DE ESOS SITIOS EN LOS QUE LOS MU***OS JAMÁS ALCANZARÁN EL DESCANSO ETERNO. LA GENTE ES INSENSIBLE ANTE EL OLVIDO...

EL DIA QUE LAS TORTILLERAS DE LA FAVORITA EN ROSITA ME CORRIERON!!!!
15/08/2024

EL DIA QUE LAS TORTILLERAS DE LA FAVORITA EN ROSITA ME CORRIERON!!!!

NO PODRAS RESISTIRLO
13/08/2024

NO PODRAS RESISTIRLO

ESTA CASA DEL KILOMETRO SIETE EN SABINAS GUARDA MUCHOS MISTERIOS. ANDAR POR SUS PASILLOS APARENTEMENTE NO ME CAUSO NADA,PERO HABÍA ALGO TRAS DE MI DE LO QUE ...

12/08/2024

ESDE NIÑO SIEMPRE VIVí ATEMORIZADO POR LO QUE PASABA EN CASA, NO TENÍA NI IDEA DE TODO ESO QUE SUCEDÍA ERA PORQUE EN OTRO TIEMPO, HACÍA MUCHOS AÑOS, TENÍA QUE VER CON UN HORRIBLE CRIMEN DE MI MAMÁ HACIA MI ABUELA...

11/08/2024

VENEZOLANOS PROTESTAN EN LA MACROPLAZA DE MONTERREY

Pregunta del día, ¿Donde se encuentra esta letrina ochentera?
10/08/2024

Pregunta del día, ¿Donde se encuentra esta letrina ochentera?

¿Alguna vez te sentiste así, mujer?... mi nueva historia para ustedes...
10/08/2024

¿Alguna vez te sentiste así, mujer?... mi nueva historia para ustedes...

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08/08/2024

RIO BRAVO, COAHUILA, ES UNA POBLACION QUE FUE INYECTADA DE INFLUENCIA FRANCESA CON EL ESTABLECIMIENTO DE LA FABRICA TEXTIL QUE DIO TRABAJO Y VIDA AL PUEBLO. ALGUNOS PERSONAJES FRANCESES ESTAN ENTERRADOS EN SU PEQUEÑO, PERO IMPORTANTE CEMENTERIO. CAMINé HASTA ALLA PORQUE QUISE VIERAN OTRAS EXPRESIONES FUNERARIAS DE INTERES. SIN DUDA FUE UN GRAN DIA EN ESTE BONITO PUEBLO DE COAHUILA.

Andando por Río Bravo, Coahuila, me topé con esta calle cuyo nombre me dejó intrigado. Un hombre sentado al portal de su...
07/08/2024

Andando por Río Bravo, Coahuila, me topé con esta calle cuyo nombre me dejó intrigado. Un hombre sentado al portal de su casa me dijo que se decía que de esa calle hacia atrás, los que vivían ahí entraban a la empresa textil a las tres de la tarde. Se cree que por ello se le quedó así el nombre..

06/08/2024

LAMADRID, EN EL ESTADO DE COAHUILA, ES UNA POBLACIÓN NACIDA ALLÁ POR 1912. SU CRECIMIENTO ESTUVO MARCADO POR LA INTRODUCCIÓN DEL TREN QUE CONECTABA CON DISTINTAS POBLACIONES. HOY, EN RUINAS, ME DEDIQUE A RECORRER ESE LUGAR INSPIRADOR.

Llegar a Yahualica fue arribar a un mundo completamente distinto. Su belleza inigualable me hizo sentirme en un mundo ap...
06/08/2024

Llegar a Yahualica fue arribar a un mundo completamente distinto. Su belleza inigualable me hizo sentirme en un mundo aparte... nada como combinar belleza colonial con trato humano... nunca he repetido pueblos en mi vida, nunca he regresado a donde un día pisé, Yahualica creo yo sería la excepción...

Viajeros de Cinco Manantiales, el día de mañana lunes me  veran al caer la tarde caminando por Río Bravo, Coahuila. Vamo...
05/08/2024

Viajeros de Cinco Manantiales, el día de mañana lunes me veran al caer la tarde caminando por Río Bravo, Coahuila. Vamos con la ruta del sabor de Delicious Unidad Móvil. Esperen el video. J&L Delicious Unidad Móvil

05/08/2024

POR MUCHOS AÑOS FUI LADRÓN DE TUMBAS EN VARIAS CIUDADES...HASTA QUE U DIA ME PASO LO MAS HORRIBLE... PROFANAR LAS TUMBAS Y LLEVARTE ALGO DE LOS CEMENTERIOS NO ES LA MEJOR DECISIÓN.

La  Ex-Hacienda El Rincón municipio de Zapotiltic, un tesoro arquitectónico del sur de Jalisco. Esta hacienda fue fundad...
05/08/2024

La Ex-Hacienda El Rincón municipio de Zapotiltic, un tesoro arquitectónico del sur de Jalisco.

Esta hacienda fue fundada en el año de 1895 y se ubica en el poblado que lleva el mismo nombre, el cual comprende una población que ronda en los 2 mil 500 habitantes.
Sus fundadores fueron Severo Gómez Vizcaíno y Carlota Gómez Adame, quienes llegaron a tener más de 200 empleados a su mando dentro de esta hacienda que originalmente contaba con poco más de 7 mil hectáreas de terreno.
La producción de caña de azúcar fue el negocio principal de la familia durante muchos años, sin embargo cinco generaciones después, los descendientes de los Vizcaíno-Gómez han optado por unirse al negocio de la región al producir aguacate y berries.
Además de la agricultura, esta hacienda también se dedicó a la ganadería y llegaron a tener más de 100 cabezas de ganado bobino, pero esto se terminó al llegar la década de 1980.
Con el reparto agrario que vino tras la revolución mexicana, la hacienda se vio reducida drásticamente, pues de contar con más de 7 mil hectáreas se quedó con apenas un total de 120. Con este recorte, el territorio de la hacienda dejó de comprender el Cerro del Calaque, el cual anteriormente perteneció a la familia Vizcaíno.

ESTE VIAJE AL ESTADO DE JALISCO ESTUVO ESTUPENDO. TUVE LA OPORTUNIDAD DE CONOCER ALGUNAS HACIENDAS, PERO LA QUE MAS ME IMPACTO POR SU BELLEZA SIN DUDA ALGUNA...

05/08/2024

Ni modo, solo quería enseñarles este escritorio de finales de los setenta inicios de los ochenta..

Próximas rutas, claro,bajo el amparo del Altísimo, 3 pueblos de Jalisco y tres ejidos de Coahuila... agosto bendecido, p...
04/08/2024

Próximas rutas, claro,bajo el amparo del Altísimo, 3 pueblos de Jalisco y tres ejidos de Coahuila... agosto bendecido, pero mientras tanto echándole a la mesereada pa que salga algo para la ruta, pues se hace por amor al recuerdo.

02/08/2024

TAMAZULA, EN EL ESTADO DE JALISCO ES UNA OPORTUNIDAD PARA LA RELAJACIóN. EN LO PERSONAL ME GUSTAN SUS POPULOSAS CALLES LLENAS DE COMERCIOS Y CLARO, ESE INGENIO AZUCARERO TAN HISTÓRICO Y VITAL PARA LA POBLACIÓN. ACOMPÁÑAME EN ESTE RECORRIDO POR LA CALLE GUZMÁN, UNA DE LAS MÁS CONOCIDAS EN LA CIUDAD

Apenas dio papá el visto bueno y empezó la guerra del hambre. Bebo y yo habíamos estado planeando desde hacía más de sei...
01/08/2024

Apenas dio papá el visto bueno y empezó la guerra del hambre. Bebo y yo habíamos estado planeando desde hacía más de seis meses que si finalmente daba su brazo a torcer, muchos de nuestros problemas terminarían ahora sí que de sopetón. Para empezar vivíamos en una casa cuya renta y servicios nos eran difíciles de pagar. Claro, había departamentos un poco más económicos, pero papá me crió en una casa tan grande y con mucho patio que yo no podía aspirar a menos. Me había graduado en una carrera de gastronomía pero para mi mala fortuna no había empleo más que en taquerías y loncherías que obviamente nada tenían que ver con las muchas recetas gourmet que traía en mi cabeza. En pocas palabras era sí o sí el vivir como me lo merecía por ser de una clase más o menos buena. De hecho yo misma le había dicho a Bebo que si quería algo conmigo, lo mínimo era me diera una casa tan grande como mis sueños y con los muebles de cuentos de hada con los que siempre había imaginado llenar mi casa. El Bebo ganaba bien como pediatra, una carrera que había terminado gracias a que papá en sus últimos años buenos le había echado la mano. Sus buenas notas y unas cuantas recomendaciones lo colocaron en una buena clínica en la ciudad. Eso nos permitió, si no comprar una casa, sí rentar en una colonia de buen nombre.
─Ni se apure papá, sus sables de colección siguen en la pared de siempre, lo que sí pusimos en cajas fueron sus libros.
─No, Maty, esos déjamelos a la mano, mija.
─Pero para que los quiere cerca, papá, si ya ni mira. No se me ponga chiflado.
─Ya sé que casi no veo, pero me gusta tocarlos, olerlos. Por lo menos recordar mis buenos tiempos de lector. Es que nomás escucho que mueven esto para allá y esto para acá, mija, pero no sé dónde están poniendo todo.
─Pero qué importa, papá. Ya le digo, qué más da dónde pongamos el buró o la consola si…
─ ¿La consola? ¿Me la movieron? Esa déjenmela aquí cerca, también los discos de Javier Solís y Jorge Negrete. Es lo único que escuchamos mis amigos cuando vienen los viernes a visitarme.
─Ay, papá, esa consola está bien engorrosa, es enorme y estorbosa. La puse hasta el final del pasillo, pero cuando me pida le ponga música nomás me dice y se la pongo, ¿está bien? Por eso ni se apure. Además, ya hablé con sus amigos, les dije que están canceladas las reuniones hasta próximo aviso… tranquilo, papi, dije que hasta próximo aviso, no que ya no serán. Lo mismo les dije a los que venían al museo que mandó hacer.
─ Pero mija, el museo es de puertas abiertas. La gente viene a ver lo que hemos recopilado del mundo del tenis. Además, el municipio le da mantenimiento, en eso nunca me he metido.
─Papi, ese edificio es tan bonito que bien podríamos usarlo como salón de eventos. Los museos ya no son rentables.
─Ese tema no se toca, Matilde.
Entonces lo deje solo viendo a la nada. Yo lo amaba, pero más a mi esposo y a mis hijos que eran mi presente y al mismo tiempo mi futuro. Ese hombrecito engarruñado y sin fuerza que se la vivía en su enorme sillón de terciopelo rojo había significado mucho para mí en ese tiempo en el que necesita de algo, de alguien a quien amarrarme, aferrarme para no ser llevada por la horrible bataola de la vida. Mamá se había hartado de sus giras por el país a raíz de sus constantes competencias de tenis y había terminado por dejarnos.
Carmelo llegó al caer la tarde y sin más ni más llenó su camioneta con todos los cientos de tiliches que papá había recopilado a lo largo de su vida. En más de una ocasión el Bebo cuestionaba si estaba segura de tirar esto o lo otro y yo sólo lo miraba con una expresión de hastío pues apego a las cosas de papá no tenía. Lo que él no entendía es que papá ya no miraba, y de nada le servía y ni a nosotros nos era útil tener diplomas, trofeos, raquetas, pelotas, etcétera. Entiendo que el Bebo resintiera que fuera algo dura con eso, pero él me conoció realista.
La realidad se nos vino encima cuando comenzamos a traernos las cosas de la otra casa y nos dimos cuenta que nos faltaba espacio.
─Papi, no se me ponga así. Hágalo por mí, ¿acaso no fui su consentida? Bueno, fui la única, papá, pero entiéndame… no, no, no, no se me eche a chillar que ya está grandecito para eso. El Bebo y yo le acondicionamos el cuartito de huéspedes y se lo dejamos de lujo. Tiene todo, papi, si usted pudiera ver se maravillaría de lo que le pusimos. Ahí están sus sables y su consola con la música que a usted le gusta. Ya sé que no tiene aire, pero hasta en eso pensamos, y ya le pusimos dos abanicos de pedestal… ¿calor? Papi, estamos a finales de agosto, el calor ya se fue. Lo que si le pusimos fue un calentador. Ya después le ponemos clima del bueno… pero no está enojado, papi, ¿verdad que no?
Lo que ese viejito no sabía era que todos los muebles del siglo pasado que existían desde que yo tenía uso de razón, habían sido rematados. Sus colecciones de discos, sables, monedas, sombreros y cuadros antiguos, los regalamos a sus amigos y así, en menos de un año y para fortuna mía, papá murió. Lo habíamos encontrado dando resoplidos en su cuarto cuando luego de volver de un par de semanas en Cozumel. Y es fecha que sigo sin entender cómo es que murió si yo le había dejado todo a la mano. No tenía pierde el llegar hasta el almacén de alimentos, hasta el agua, hasta el baño, hasta todo. Papá era viejo, no taradito, y lo digo porque apenas se me murió llegaron hasta mis oídos algunos dimes y diretes sobre el que era una desobligada y demás.
Papá murió dejándome ahora sí en libertad, pero nunca conté con que igualmente se llevaría a la tumba su pensión, esa que pagaba todos los servicios e inclusive los alimentos. Aun cuando el guardadito de papá era un gran guardadote, si no lo administrábamos bien, en un año se nos acabaría pues lo que el Bebo ganaba se nos iba en ropa, viajes y reuniones con nuestros amigos en los jardines de la casa.
El día que volvimos de Tierra Santa, pues siempre había tenido ganas de conocer la tierra donde había caminado Jesús, papá dio el visto bueno desde el lugar más recóndito donde se encontraba. Nuestras cosas habían sido echadas afuera porque la propiedad había sido destinada a ser un sitio de interés cultural cuyas cláusulas bien especificadas de puño y letra de papá, no me mencionaban ni en una posdata. Tragándome el orgullo terminamos viviendo en la vergüenza habitando una casa de interés social que más bien se asemejaba a un palomar. Nuestros muebles de lujo los rematamos para sobrevivir pues la clínica de pediatría donde había estado laborando el Bebo había decidido dar por concluidos sus servicios.
Mientras pudo, papá me dio el visto bueno cuando decidí aprender danza, equitación y baloncesto. Dijo sí cuando elegí carrera y de igual modo cada que pretendía meterme en algo que elevaría mi nivel cultural. Siempre lo hizo. Su Sí para esto, su sí para esto otro fue fundamental en mi vida, por eso, cuando su visto bueno desde el más allá llegó para dejarme en la calle, me lo tragué en silencio porque merecía la miseria en la que me encontraba. Curiosamente apechugué mi situación y no dejé ir una sola lágrima. Sí, papi, está bien, tienes razón. Y siempre la tuvo, hasta el final. Lo malo fue cuando mis hijos comenzaron a venir a casa humillados por sus compañeros que por ser de otra clase muy baja, no soportaban los finos modales de los míos. El visto bueno de papá me obligó a hacer compras en la asquerosa tiendita de la esquina, comprar en el mercado lleno de moscas y lo peor, jamás volver a plazas comerciales porque el Bebo no ganaba ni para ir a comernos unos tacos. El visto bueno de papá me hizo doblarme e ir a su tumba a escupirle primero, pero después a recoger mi escupitajo y pedirle perdón. Entonces lloré anhelando moviera los collados eternos, esos donde según vive Dios para que me levantara el castigo y que con su visto bueno cambiara mi suerte.
Autor: JUAN DE DIOS JASSO ARÉVALO
EL VIAJERO VINTAGE

¿SOMOS HIENAS DEPREDADORAS DE NUESTROS PADRES?https://www.facebook.com/share/p/UaZkSXDtBzvzCWFx/?mibextid=qi2Omg
01/08/2024

¿SOMOS HIENAS DEPREDADORAS DE NUESTROS PADRES?
https://www.facebook.com/share/p/UaZkSXDtBzvzCWFx/?mibextid=qi2Omg

Apenas dio papá el visto bueno y empezó la guerra del hambre. Bebo y yo habíamos estado planeando desde hacía más de seis meses que si finalmente daba su brazo a torcer, muchos de nuestros problemas terminarían ahora sí que de sopetón. Para empezar vivíamos en una casa cuya renta y servicios nos eran difíciles de pagar. Claro, había departamentos un poco más económicos, pero papá me crió en una casa tan grande y con mucho patio que yo no podía aspirar a menos. Me había graduado en una carrera de gastronomía pero para mi mala fortuna no había empleo más que en taquerías y loncherías que obviamente nada tenían que ver con las muchas recetas gourmet que traía en mi cabeza. En pocas palabras era sí o sí el vivir como me lo merecía por ser de una clase más o menos buena. De hecho yo misma le había dicho a Bebo que si quería algo conmigo, lo mínimo era me diera una casa tan grande como mis sueños y con los muebles de cuentos de hada con los que siempre había imaginado llenar mi casa. El Bebo ganaba bien como pediatra, una carrera que había terminado gracias a que papá en sus últimos años buenos le había echado la mano. Sus buenas notas y unas cuantas recomendaciones lo colocaron en una buena clínica en la ciudad. Eso nos permitió, si no comprar una casa, sí rentar en una colonia de buen nombre.
─Ni se apure papá, sus sables de colección siguen en la pared de siempre, lo que sí pusimos en cajas fueron sus libros.
─No, Maty, esos déjamelos a la mano, mija.
─Pero para que los quiere cerca, papá, si ya ni mira. No se me ponga chiflado.
─Ya sé que casi no veo, pero me gusta tocarlos, olerlos. Por lo menos recordar mis buenos tiempos de lector. Es que nomás escucho que mueven esto para allá y esto para acá, mija, pero no sé dónde están poniendo todo.
─Pero qué importa, papá. Ya le digo, qué más da dónde pongamos el buró o la consola si…
─ ¿La consola? ¿Me la movieron? Esa déjenmela aquí cerca, también los discos de Javier Solís y Jorge Negrete. Es lo único que escuchamos mis amigos cuando vienen los viernes a visitarme.
─Ay, papá, esa consola está bien engorrosa, es enorme y estorbosa. La puse hasta el final del pasillo, pero cuando me pida le ponga música nomás me dice y se la pongo, ¿está bien? Por eso ni se apure. Además, ya hablé con sus amigos, les dije que están canceladas las reuniones hasta próximo aviso… tranquilo, papi, dije que hasta próximo aviso, no que ya no serán. Lo mismo les dije a los que venían al museo que mandó hacer.
─ Pero mija, el museo es de puertas abiertas. La gente viene a ver lo que hemos recopilado del mundo del tenis. Además, el municipio le da mantenimiento, en eso nunca me he metido.
─Papi, ese edificio es tan bonito que bien podríamos usarlo como salón de eventos. Los museos ya no son rentables.
─Ese tema no se toca, Matilde.
Entonces lo deje solo viendo a la nada. Yo lo amaba, pero más a mi esposo y a mis hijos que eran mi presente y al mismo tiempo mi futuro. Ese hombrecito engarruñado y sin fuerza que se la vivía en su enorme sillón de terciopelo rojo había significado mucho para mí en ese tiempo en el que necesita de algo, de alguien a quien amarrarme, aferrarme para no ser llevada por la horrible bataola de la vida. Mamá se había hartado de sus giras por el país a raíz de sus constantes competencias de tenis y había terminado por dejarnos.
Carmelo llegó al caer la tarde y sin más ni más llenó su camioneta con todos los cientos de tiliches que papá había recopilado a lo largo de su vida. En más de una ocasión el Bebo cuestionaba si estaba segura de tirar esto o lo otro y yo sólo lo miraba con una expresión de hastío pues apego a las cosas de papá no tenía. Lo que él no entendía es que papá ya no miraba, y de nada le servía y ni a nosotros nos era útil tener diplomas, trofeos, raquetas, pelotas, etcétera. Entiendo que el Bebo resintiera que fuera algo dura con eso, pero él me conoció realista.
La realidad se nos vino encima cuando comenzamos a traernos las cosas de la otra casa y nos dimos cuenta que nos faltaba espacio.
─Papi, no se me ponga así. Hágalo por mí, ¿acaso no fui su consentida? Bueno, fui la única, papá, pero entiéndame… no, no, no, no se me eche a chillar que ya está grandecito para eso. El Bebo y yo le acondicionamos el cuartito de huéspedes y se lo dejamos de lujo. Tiene todo, papi, si usted pudiera ver se maravillaría de lo que le pusimos. Ahí están sus sables y su consola con la música que a usted le gusta. Ya sé que no tiene aire, pero hasta en eso pensamos, y ya le pusimos dos abanicos de pedestal… ¿calor? Papi, estamos a finales de agosto, el calor ya se fue. Lo que si le pusimos fue un calentador. Ya después le ponemos clima del bueno… pero no está enojado, papi, ¿verdad que no?
Lo que ese viejito no sabía era que todos los muebles del siglo pasado que existían desde que yo tenía uso de razón, habían sido rematados. Sus colecciones de discos, sables, monedas, sombreros y cuadros antiguos, los regalamos a sus amigos y así, en menos de un año y para fortuna mía, papá murió. Lo habíamos encontrado dando resoplidos en su cuarto cuando luego de volver de un par de semanas en Cozumel. Y es fecha que sigo sin entender cómo es que murió si yo le había dejado todo a la mano. No tenía pierde el llegar hasta el almacén de alimentos, hasta el agua, hasta el baño, hasta todo. Papá era viejo, no taradito, y lo digo porque apenas se me murió llegaron hasta mis oídos algunos dimes y diretes sobre el que era una desobligada y demás.
Papá murió dejándome ahora sí en libertad, pero nunca conté con que igualmente se llevaría a la tumba su pensión, esa que pagaba todos los servicios e inclusive los alimentos. Aun cuando el guardadito de papá era un gran guardadote, si no lo administrábamos bien, en un año se nos acabaría pues lo que el Bebo ganaba se nos iba en ropa, viajes y reuniones con nuestros amigos en los jardines de la casa.
El día que volvimos de Tierra Santa, pues siempre había tenido ganas de conocer la tierra donde había caminado Jesús, papá dio el visto bueno desde el lugar más recóndito donde se encontraba. Nuestras cosas habían sido echadas afuera porque la propiedad había sido destinada a ser un sitio de interés cultural cuyas cláusulas bien especificadas de puño y letra de papá, no me mencionaban ni en una posdata. Tragándome el orgullo terminamos viviendo en la vergüenza habitando una casa de interés social que más bien se asemejaba a un palomar. Nuestros muebles de lujo los rematamos para sobrevivir pues la clínica de pediatría donde había estado laborando el Bebo había decidido dar por concluidos sus servicios.
Mientras pudo, papá me dio el visto bueno cuando decidí aprender danza, equitación y baloncesto. Dijo sí cuando elegí carrera y de igual modo cada que pretendía meterme en algo que elevaría mi nivel cultural. Siempre lo hizo. Su Sí para esto, su sí para esto otro fue fundamental en mi vida, por eso, cuando su visto bueno desde el más allá llegó para dejarme en la calle, me lo tragué en silencio porque merecía la miseria en la que me encontraba. Curiosamente apechugué mi situación y no dejé ir una sola lágrima. Sí, papi, está bien, tienes razón. Y siempre la tuvo, hasta el final. Lo malo fue cuando mis hijos comenzaron a venir a casa humillados por sus compañeros que por ser de otra clase muy baja, no soportaban los finos modales de los míos. El visto bueno de papá me obligó a hacer compras en la asquerosa tiendita de la esquina, comprar en el mercado lleno de moscas y lo peor, jamás volver a plazas comerciales porque el Bebo no ganaba ni para ir a comernos unos tacos. El visto bueno de papá me hizo doblarme e ir a su tumba a escupirle primero, pero después a recoger mi escupitajo y pedirle perdón. Entonces lloré anhelando moviera los collados eternos, esos donde según vive Dios para que me levantara el castigo y que con su visto bueno cambiara mi suerte.
Autor: JUAN DE DIOS JASSO ARÉVALO
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