29/06/2023
La Historia de Agustín Lorenzo
Bandolero, insurgente, custodio de los pueblos, patriota, empautado y héroe libertador. Nació en Tlamacazapa Guerrero (comunidad indígena) a finales del siglo XVIII en el nicho de una familia humilde de campesinos y trabajadores de las haciendas. Desde una temprana edad Agustín quedó huérfano y fue criado por su abuelo quien se dio cuenta de que era un niño prodigio y que su curiosidad e inteligencia sobresalían de los demás niños del pueblo, entonces decide encargarlo con los frailes franciscanos que se encontraban en la comunidad para que lo eduquen ya que ellos en sus actividades evangelizadoras enseñaban no solo la palabra de dios, sino también a leer y escribir, sobre matemáticas y diversos conocimientos, de esta forma Agustín logro tener una educación más acorde a sus aptitudes sin embargo esto no lo salvó de conocer la pobreza e injusticias y fue acumulando rencor hacia los hacendados y personas en el poder por todos los años de maltratos.
Durante su infancia una de las tareas diarias de Agustín era llevarle comida a su abuelo quien trabajaba en la hacienda azucarera de Zacapalco (Durante el México colonial las principales actividades económicas fueron la minería y los ingenios azucareros) para lo cual recorría un camino de alrededor de 3 horas por las montañas entre Tlamacazapa y Zacapalco. Cierto día Agustín perdió su bule de agua en el camino y al momento de llegar con su abuelo se encontraba muy sediento y le pidió un poco de agua, este al ya no tener nada para ofrecerle cortó una caña de azúcar y se la dio para calmar su sed sin darse cuenta de que el capataz los observaba y en cuanto vio la acción tomó su látigo y se dirigió furioso para castigar al “pequeño ladrón” que sé estaba robando las cañas, su abuelo al ver esto se interpuso y recibió el castigo quedando malherido mientras tanto Agustín solo podía lamentarse y guardar un profundo odio hacia las personas que sin explicación alguna los maltrataban, a veces solo por el simple hecho de ser indios. Ese mismo día en el camino de regreso a casa al pasar por un lugar llamado los tiales se encuentra con una pequeña víbora sobre el camino que había sido macheteada, trozada en pedazos y dejada en el olvido, Agustín en lugar de sentir miedo se llenó con un profundo sentimiento de empatía y se preguntaba a si mismo porque el ser humano podía ser tan cruel y malvado, entonces cavo un pequeño hoyo y con un poco de saliva fue uniendo las partes de la víbora hasta formarla de nuevo, la enterró y le dedico unas palabras amables para que pudiese descansar.
Agustín fue creciendo y en su adolescencia decidió ir a probar suerte a Buenavista de Cuellar que en aquel entonces era una economía en crecimiento, consiguió su primer trabajo y poco después su primer amor quien resultó ser una joven hermosa, de tez blanca y profundos ojos azules, hija de un hacendado de Buenavista. Fue tanto el enamoramiento de Agustín con esa bella joven que iban a casarse, sin embargo los padres de la muchacha no vieron con buenos ojos al indio de Tlamacazapa así que se la llevaron lejos y la casaron con un hacendado poderoso y con dinero, lo cual dejo indefenso al pobre Agustín que regresó a su pueblo con el corazón roto y un renovado rencor hacia los hacendados.
De vuelta en Tlamacazapa, Agustín con el corazón roto y lleno de desaliento se tiró al alcohol y en medio de su dolor se echó a andar hacia los cerros, maldiciendo y gritando sus infortunios fue recorriendo su camino entre cedros y encinos, hasta que al anochecer se encontró en la entrada de la cueva del tecolote que recibió este nombre por una antigua escultura tallada en una de sus estalagmitas, en ese lugar la gente decía que se aparecía el diablo o “chamuco” y que pasaban cosas malas así que nadie iba para allá, pero Agustín en su dolor le empezó a gritar al diablo para que se lo llevará porque ya no podía con una vida llena de injusticias y desgracias, de repente el cielo se llenó de nubes negras y estruendosos relámpagos, se soltó una ventolera y de entre la profunda oscuridad de aquella cueva emergió un charro negro, vestido elegantemente con sombrero y capa y unas chaparreras de oro, se le acercó lentamente montado en un imponente caballo negro que parecía respirar fuego y para sorpresa de Agustín Lorenzo lo primero que hizo fue agradecerle “gracias por ayudar a mi familiar” le dijo, Agustín sorprendido le pidió que le explicará pues no recordaba haber ayudado a nadie entonces el charro negro le dijo que hace varios años cuando aún era un niño había tenido un acto de bondad con una serpiente que se encontró trozada en su camino y que esa serpiente era su familiar, entonces como agradecimiento le otorgaría un don, lo que él quisiera, dinero, poder, mujeres, tierras, cualquier cosa que le pidiera se haría realidad, entonces Agustín miro a los ojos a aquel jinete de negro y le dijo sin titubear que lo que su corazón más anhelaba era venganza, venganza contra aquellos que lo ultrajaban a él, a su abuelo y a su pueblo, quería ser capaz de hacer algo contra todas las injusticias que se sufrían diariamente en su tierra que tanto amaba. El charro negro después de escuchar su inusual petición s**o de debajo de su capa una pequeña olla de barro y se la entregó a Agustín junto a una manta blanca, en el interior de la olla se encontraba un pequeño caballo, entonces le dio las siguientes instrucciones; cuando regreses a tu casa lo primero que vas a hacer es cubrir tu casa con petates en las paredes, de tal forma que no se vea nada de afuera para adentro, vas a colocar la olla en el suelo y la vas a cubrir con este manto blanco, después irás a conseguir 2 garrafas de pulque y te vas a encerrar en tu casa, una garrafa es para que alimentes al caballo al interior de la olla y la otra es para ti y cada que le des pulque al caballo tú también vas a tomar y te vas a alimentar como él, cuando hayas terminado con todo el pulque estarás listo para salir y serás un hombre. Acto seguido el charro negro s**o su espada y le dijo; esta espada es capaz de derrotar a todos tus enemigos, también te daré la habilidad de transformarte en animal en caso de que sea necesario huir pero para poder usar estos dones que te estoy otorgando es necesario un pacto, así que toma esta espada y haz un corte en la punta de tu dedo y firma en la entrada de esta cueva que estás de acuerdo en ser recipiente de mis dones. Agustín estuvo de acuerdo y se empauto con el charro negro (el diablo), regreso a casa y siguió al pie de la letra las instrucciones, cubrió su casa con petates, consiguió las dos garrafas de pulque y se encerró en su casa, al cabo de unos días en la noche por fin terminó de beber junto al caballo todo el contenido de las garrafas y cayó en un profundo sueño, a la mañana siguiente se despertó con el sonido de un caballo que relinchaba y golpeaba el suelo con sus patas, se dio cuenta que aquella pequeña olla de barro estaba rota así que salió de casa y se encontró con un imponente caballo negro de ojos rojos, de sus fauces parecía salir fuego de la misma forma que el caballo de aquel charro negro pero no solo el caballo había crecido de la noche a la mañana, Agustín también, se encontró a si mismo con mayor fuerza y musculatura y ahora en el pecho tenía un tatuaje de la virgen maría y en su espalda al diablo, entendió que ahora era capaz de hacerle frente a los españoles y hacendados así que tomó su espada y monto su caballo y de inmediato se dirigió a la hacienda de Zacapalco en donde dio muerte al capataz que abusaba de su abuelo y a todos los españoles y hacendados que se encontraban en el lugar, a partir de ese momento Agustín se vuelve un hombre buscado por la ley y es puesto un precio a su cabeza.
Agustín Lorenzo regresa a Tlamacazapa y con sus nuevos dones es capaz de percibir que el ejército realista viene en su búsqueda por lo cual huye hacia las montañas, los soldados del ejército buscan por todo Tlamacazapa a Agustin y terminan llegando a la choza donde vive su abuelo, este al no decirles nada y proteger a Agustin es colgado por los pecados de su nieto y el ejército realista amenaza a todo aquel que intente ocultarlo, Agustín mira desde la distancia y se decide a acabar con los españoles, a evitar que saqueen su tierra y se lleven las riquezas fuera de México, entonces comienza a asediar el camino Real. Hay que recordar que en aquel entonces la principal potencia marítima mundial eran los españoles y controlaban el comercio internacional y México era la clave, transportaban todo tipo de bienes preciosos desde China en el Galeón de Manila que llegaba al puerto de Acapulco y de ahí eran transportados en carreta por el camino real que conectaba Acapulco con Veracruz, durante ese recorrido en la ciudad de Iguala eran cargados el oro y la plata que eran extraídos en las haciendas mineras de Taxco y de la misma forma en todo el trayecto diversos bienes eran cargados y llevados hasta Veracruz para después ser embarcados y llevados a España. Agustín Lorenzo se convierte entonces en una pesadilla para los españoles los cuales empiezan a resentir los atracos de este bandolero cuyo objetivo era evitar que saquearan sus tierras y se llevaran las riquezas, se vuelve un bandolero famoso por sus hazañas y hace equipo con otros dos bandidos de la región de manera inicial, Pedro Asencio de Alquisiras y el Tigre de Yautepec los cuales dividían su territorio para atracar las caravanas de los españoles, Agustín Lorenzo asediaba el camino Real desde Iguala hasta cazahuantlan en Morelos y los tres bandidos se reunían en un punto conocido como el veladero en donde intercambiaban información e historias de sus hazañas. Poco a poco la fama de Agustín fue creciendo, los pobladores lo veían como un héroe porque repartía una parte de las riquezas que robaba entre las comunidades y la otra parte se dice la dejaba escondidas en cuevas.
Los españoles intensifican la búsqueda de estos bandidos y logran capturar a Pedro Asencio de Alquisiras el cual es decapitado y su cabeza colocada en una lanza y llevada a la capital para exhibirla y amendentrar a los que intenten ir en contra del gobierno español y tiempo después fusilan al tigre de Yautepec pero a Agustín Lorenzo nunca lo logran capturar, se dice que cuando estaban cerca de atraparlo y le iban pisando los talones siempre llegaban a situaciones incomprensibles, terminaban en voladeros o en cuevas o callejones sin salida, se dice que Agustín se transformaba en animal para escapar, en tejón para salir por un hoyo de las cuevas o en águila para volar desde los peñascos en los voladeros. Sus hazañas hicieron eco en todas las tierras surianas y tiempo después un grupo de bandidos lo fueron a buscar, lo encontraron y lo hicieron su líder a lo cual Agustín Lorenzo acepto pero solo con la condición de que dejaran de robar a las personas y en cambio solo iban a atracar a los españoles, los bandidos aceptaron y formaron la banda de los plateados o los bandidos de rio frio como se les llego a conocer en Puebla. Agustín Lorenzo siguió sus andanzas robando a los españoles y repartiendo sus riquezas entre los pobladores hasta que un día cansado de ese estilo de vida decidió irse por su cuenta y tratar de iniciar una nueva y tranquila vida desde cero, de esa forma llego a Tlaxcala en donde se asentó por un breve tiempo pues lo descubrieron y trataron de capturarlo pero escapo hacia puebla donde llego a un lugar tranquilo cerca de Huejotzingo, ahí vivió tranquilamente por un tiempo hasta que unos comerciantes lo reconocieron y el nombre de Agustín Lorenzo corrió como la pólvora, de esta forma llego a oídos de la hija del corregidor de Puebla que asombrada por las historias cayó víctima del encanto del bandolero y el misterio que lo envuelve, no paso mucho tiempo para que la bella mujer le empezará a escribir cartas y Agustín Lorenzo le correspondiera y de esa forma entablaron comunicación y poco a poco la hija del corregidor termino profundamente enamorada hasta que una noche Agustín como todo un bandido llego a la casa de su enamorada y se la robó, ambos huyeron juntos y se fueron a vivir a su choza de palma, el Corregidor de Puebla al enterarse de la situación inmediatamente salió en búsqueda de su hija junto con una cuadrilla de sus hombres y cuando llegaron a la choza humilde de palma donde vivían juntos le prendió fuego y le empezó a gritar a su hija para que saliera y regresara con él, al darse cuenta de que su hija se había atrincherado con Agustín y que estaba dispuesta a morir junto a él su semblante cambio y arrepentido les empezó a gritar que los perdonaba y que salieran, hincado llorando suplico por su hija hasta que ambos salieron antes de que las llamas lo engulleran todo y Agustín fue perdonado, al poco tiempo se celebró una enorme boda como lo enmarca la tradición con 7 días de fiesta, bebida y comida para toda la gente y así celebraron su unión Agustín y su amada. Vinieron tiempos de paz y tranquilidad para Agustín Lorenzo en donde se dedicó a la agricultura y la ganadería ayudando a su suegro con la administración de sus tierras pero eso no duro mucho ya que pronto se vieron envueltos nuevamente en conflicto esta vez debido a la invasión de los Franceses, Agustín Lorenzo fue el encargado de liderar a los indígenas y campesinos de puebla ya que él también era un indio, líder natural y de esa forma los organizo en diferentes cuadrillas, utilizando estrategias que los franceses nunca habían visto y luchando la batalla al más puro estilo de la guerra de guerrillas que era la forma en la que su paisano Pedro Asencio de Alquisiras luchaba en el norte de Guerrero, de esa forma armo grupos a machete, planeo emboscadas en la noche siempre causando el máximo daño a sus adversarios para después huir a las montañas donde el conocimiento del terreno les daba la ventaja, gracias a estas hazañas en la batalla de Puebla Agustín Lorenzo es reconocido como héroe nacional y de esta forma es inmortalizado en el Palacio de Bellas Artes por Diego Rivera.
Esto es lo último que conocemos de nuestro bandido-héroe romántico, después de la batalla contra los franceses siguió con su vida tranquila, no tuvo hijos y se dice que tampoco envejecía ya que estaba empautado con el diablo y en algún momento simplemente desapareció, no existe en ningún lugar una tumba de Agustín Lorenzo y tampoco se sabe cómo terminó, algunos afirman haber visto al charro negro muchos años después y hay quienes dicen que Agustín Lorenzo sigue andando en su caballo negro perdido entre las montañas de su tierra al norte de Guerrero en donde ocasionalmente continua ayudando a sus paisanos cuando se encuentran en necesidad