19/09/2024
́asQué El ingeniero de origen suizo George de Mestral, era sin duda muy observador. En 1941, fue de excursión al bosque con su perro Al llegar a su casa, los bajos del pantalón se encontraban inundados de la semilla de una planta llamada bardana que se pegaba a la ropa de un modo muy persistente. Se preguntó si tal característica podría ser útil en aplicaciones comerciales.
Estudió una de estas semillas bajo un microscopio para descubrir que su superficie estaba llena de pequeños ganchos que eran los que le permitían adherirse a la ropa y al pelo.
Inicialmente lo concibió con algodón, pero el material tenía una muy corta vida útil, por lo que definió que lo mejor era el nylon. En 1951 presentó la solicitud de patente en Suiza y le fue otorgada cuatro años después. Fue haciendo lo propio en varios países de Europa y Norteamérica y abrió las respectivas tiendas, comenzando a conocerse como el “cierre sin cierre”. Le costó trabajo introducirlo en la industria textil, ya que parecía hecho de sobras baratas.
Después de más de ocho años de investigación y trabajo, creó lo que hoy se conoce como velcro, una combinación de las palabras francesas de velours "terciopelo" y crochet "gancho". La palabra velcro, procede de la marca Velcro. El velcro lo forman dos tiras de tela, una cubierta con miles de pequeños ganchos y el otros con miles de pequeños bucles, los dos materiales se unen firmemente, a la vez que permiten una fácil liberación.
Si bien la invención de De Mestral se convirtió en la fuente de muchas burlas al principio, su perseverancia le permitió perfeccionar la tecnología de sujeción para uso comercial.
Al patentar Velcro en 1955, ayudó a darle a su compañía una ventaja competitiva sobre otros posibles imitadores, como lo demuestra que llegó a vender más de 50 millones de metros de velcro por año durante la vida de De Mestral.
Muchas fuentes atribuyen la creación de Velcro a la NASA, aunque esta afirmación es falsa.
Si bien la NASA no fue responsable del inicio del material, el uso que hizo la agencia espacial del producto condujo a la popularidad de Velcro en todos los círculos de la vida.
En la década de 1960, los astronautas del Apolo usaron Velcro para asegurar todo tipo de dispositivos en el espacio para una fácil recuperación.
Hoy en día, el velcro se usa aparentemente en todas partes, desde el entorno de atención médica (manguitos de presión arterial, dispositivos ortopédicos y batas de cirujano) hasta ropa y calzado, equipos deportivos y de campamento, juguetes y recreación, cojines de asientos de aerolíneas y más.
Lo más impresionante es que se usó velcro en el primer trasplante de corazón artificial humano para unir partes del dispositivo.