19/06/2024
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¡ LEYENDA DE LA PEQUEÑA IMAGEN DEL SEÑOR SANTIAGUITO !
Hace muchos años, pero muchos,cientos de años, en la población de Izucar de Matamoros, población que se encuentra al sur del estado de Puebla, sucedieron los acontecimientos que a continuación narraremos.
A la entrada del pueblo, a orillas del camino había una humilde chozita, pequeña, extremadamente limpia en la que reynaba , el orden exagerado!, todo muy pulcro y todo en su lugar, en la mesita de la entrada de la chozita de Doña Soledad, señora de edad avanzada, muy devota y buena cristiana había una pequeña imagen, del Señor Santiago, y todas las mañanas Doña Chole, a manera de rezo platicaba a solas con el, le platicaba sus problemas, y entre sus plegarias, no faltaban las peticiones para que trajera al pueblo buenas cosechas, paz, y armonía para todos los habitantes de la población.
Pero lo más significativo era que al terminar sus oraciones SIEMPRE DECÍA ERES MUY PEQUEÑITO, OJALÁ QUE FUERAS GRANDE MUY GRANDE PARA QUE TODOS VINIERAN A VENERARTE , Y QUE LOS DELINCUENTES TUVIERAN TEMOR!
Todos los días y por muchos años era la misma rutina hasta que un día, tocaron a la puerta y apareció un joven vestido a la usanza española, buen parecido, vamos de buen aspecto.
La anciana le pregunto que qué se le ofrecía, el joven le dijo soy escultor, no tiene usted algún trabajo?, la anciana con una sonrisa apenas dibujada en su rostro le contesto huy señor, si tengo una gran ilusión, toda mi vida he deseado tener una efigie muy grande de mi señor Santiago, pero no tengo con qué pagarle , así que seguirá siendo eso solo un sueño.
El la observo, se contagio con el entusiasmo de la señora y le dijo, muy señora mía, le voy a cumplir su sueño, yo le haré la imagen que tanto sueña, pero con una condición, Doña Soledad más que entusiasmada le dijo dígame joven, cuál es la condición.
Deme una pieza de la habitación, ahí me voy a encerrar el tiempo que sea necesario para hacer la imagen, la recámara debe permanecer cerrada TODO el tiempo, que esté trabajando y lo único que usted debe de hacer es acercarme los alimentos a la puerta, mismos que yo tomaré sin mediar palabra alguna, a la anciana no le pareció nada extraño y por supuesto que con gran algarabía acepto la propuesta.
Con gran alegria y entusiasmo la señora aceptó y empezó de inmediato a desalojar la pieza en donde el escultor trabajaría, el joven artista de igual manera empezó a trabajar, nunca supo ni cómo ni cuando habían introducido los materiales para que el artista trabajara, lo que si escuchaba él martillar del ma****lo sobre la piedra todo el día, así pasaron los días, sin que la anciana intentase espiar la obra, su única misión era preparar los alimentos acercarlos a la puerta y dejarlos hasta que el artista los tomara.
Casi para completar el mes al final de la cuarta semana, la anciana se sorprendió al no escuchar ruido alguno, llenándose de curiosidad, su sentido común y respeto a su palabra, hizo que esperara dos días, se acercó con sigilo y llamó a la puerta, con la sorpresa de que la puerta estaba abierta, solo emparejada, Doña Chole, llena de curiosidad y de respeto al mismo tiempo masculló una frase, buenos días señor, y al no obtener respuesta decidió abrir la puerta y entrar a la habitación.
Al entrar, la escena era sumamente impresionante, la recamara no tenía techo, para dar cabida a una imagen enorme de un caballo blanco, con un jinete que no era otro que el Santiago Apóstol, con la cara con los rasgos del joven escultor, al que no encontró por ningún lado.
Doña Soledad cayó de rodillas, con lágrimas en los ojos, y con el corazón henchido, no daba crédito, sus plegarias y deseos habían sido cumplidos, salió corriendo a contarles a todos los vecinos del milagro acontecido, llegaron al lugar las autoridades eclesiásticas a dar fe del milagro, y desde ese día, en ese lugar se empezó a construir el Santuario de la imagen.
Cuentan que recién inaugurado dicho santuario, lugar que estaba rodeado de tierras “De Labor”, un día se introdujeron dos ladrones a robar elotes, se disponían a llenar grandes costales, cuando escucharon el galope de un caballo, de pronto delante de ellos apareció un enorme caballo blanco, descendió el jinete y los amarró fuertemente a un árbol sin que pudiesen desatarse.
Así pasaron la noche y al otro día los encontró el sacristán , quien corrió a dar parte a los vecinos y a las autoridades quienes los desamarraron de una curiosa forma de atarlos, hechas de las hojas del maíz robado y de las cañuelas de la misma planta, los mismos ladrones fueron los que narraron los hechos, fueron arrestados y todos coincidieron que se trataba de un milagro, del Santiago Apóstol quien desde ese día se convirtió en patrono y guardia de los vecinos de Izúcar de Matamoros.
Actualmente dicho santuario es venerado y festejado los días 25 de Julio, acuden al lugar miles de peregrinos a dar Gracias unos, y otros a hacer peticiones.
Información obtenida del libro. “Leyendas Poblanas” del autor Irma Hilda Aguilara Guevara.
Fotografía Obtenida de Internet.
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