05/12/2022
▪︎ Disco Solar Inca
Este artefacto circular tiene una dimensión de 13,5 cm. de radio, y posee unas perforaciones que probablemente servían para poder colgárselo al cuello usando sogas. Está compuesto por aproximadamente 90% de oro, 5% de plata y 5% de cobre. Fue elaborada con técnicas de martilleo, técnica común en la antigua metalurgia Andina.
Este objeto es de los Incas, porque se sabe históricamente que fue usado por ellos de generación en generación, de Inca a Inca, pero en realidad, según los estudios que se le han hecho, es mucho más antiguo. El arqueólogo John H. Rowe, tras sus investigaciones concluyó que este objeto fue elaborado hacia el 500 a.C. El estudioso calculó su antigüedad en al menos 3000 años, época en que las culturas Paracas y Chavín dominaban los Andes.
Lo sorprendente es que sobrevivió a la sed de oro de los españoles, quienes fundieron todo objeto hecho del metal precioso que encontraban a su paso.
En torno a esta placa se cree que era una de las réplicas de “El Gran Disco Solar”; que estaba ubicado en el Templo del Q’oricancha de la ciudad del Cusco. De ese Disco solar, solo se tiene evidencias en crónicas, ya que según el cronista Cieza de León, este fue retirado y ocultado por los sacerdotes del Inca, al enterarse de la llegada de Pizarro al Cusco. El Padre Acosta escribió al respecto: “Dicen que era de oro finísimo, con gran riqueza de pedrería y puesto al oriente con tal artificio que, en saliendo el sol, daba en él, como era el metal finísimo, volvían los rayos con tanta claridad que parecía otro sol”. De hecho ese disco solar nunca lograron encontrarlo.
Continuando con la reliquia en imagen, tras la llegada de los españoles al territorio del Tawantinsuyu y el as*****to de los últimos incas que se refugiaban en Vilcabamba, quienes también portaban este disco de oro denominado Intip Inti, el objeto no volvió a ser visto por mucho tiempo, hasta el surgimiento de José Gabriel Condorcanqui, Túpac Amaru II, quien heredó también el título de Inca, y quien gestó una gran rebelión en contra de los españoles con la intención de liberar a su pueblo y reestablecer el Tawantinsuyu. Los escritos de la época mencionan que José Gabriel Condorcancqui ingresó a la iglesia de Cusco, donde el padre Ortigoza oficiaba una misa, luciendo un atuendo inca, incluyendo la Mascapaicha en la cabeza y la placa de oro en el pecho. Esto, claro, escandalizó al mencionado cura.
La historia señala que años después, en 1863, un descendiente de los incas, cuyo nombre se desconoce, ofreció como obsequio al por entonces presidente de la República, general José Rufino Echenique (1851-1855), cuando visitó Cusco. Desde aquel entonces se le conoce con la denominación actual, el “Sol de Echenique".
Tras la muerte de este ex presidente el objeto fue heredado por su hija y más tarde fue vendido a un doctor de nacionalidad alemana llamado Eduard Gafron, quien se dedicaba a la colección de antigüedades, y en 1912, también lo vendió a George Heye, fundador del Museo de los Indios Americanos en Nueva York. Desde entonces el disco solar inca era incluido en diversas exposiciones que ofrecía el mencionado museo. Hasta el año 2021 que fue repatriada la reliquia por motivo del Bicentenario del Perú.