30/01/2022
Algo muy bonito 📃🍃🍀 leerlo me emociona!
Creditos: Intillapa
CARTA DEL PATRON SAN SEBASTIÁN A LA MAMACHA BELEN ☀⚡
El corazón se acelera y mi cuerpo se estremece tan solo pensar las cosas que escribiré sobre ti, sobre nosotros, Bélen.
Enero, mes de enero.
El año y la vida en nuestro valle nos entrega sus primeros regalos; la pródiga lluvia que bendice nuestras chacras, el manto verde que se extiende en nuestras montañas y la bella nostalgia y el preguntarse de las cosas llega a mí, a nosotros, con este panorama nuboso que nos visita durante la temporada.
Así es, Bélen, a pesar de haber llegado hace casi quinientos años a estas tierras siento la misma alegría salvaje en el corazón cada vez que llega este momento del año. Como la primera vez todavía oigo el ánimo emerger en los bosques, el agua brotar de las montañas y en nuestra llaqta, siento el despertar de las intenciones -en el corazón de la gente-, la voluntad de caminar juntos un año más y el milagro de la existencia a través de la unión.
No me puedes negar, Bélen, que este sentimiento te embarga tanto a ti como a mí, si no, más aún, durante todo este mes, nuestro mes. Todavía parecen resonar en mis oídos los bellos cánticos y música que, con pinkuyllo, antaño nos dedicaban; quizás no sólo a nosotros pero también al prodigio de ser uno con la vida en este valle, nuestro valle; que año tras año, impetuoso, se transforma, vive y vuelve a vivir.
Ciertamente no siempre fue felicidad y abundancia. También nuestro pueblo sufrió la infranqueable embestida de los malos tiempos. Pestes y hambrunas dominaron la vida durante lo que pareció una eternidad; sin embargo, Bélen, siempre estuvimos para ellos porque ellos desde siempre también han estado con nosotros.
No me dejarás mentir, Bélen, cuando digo que ni tú ni yo podríamos vivir sin el amor de esta gente. Y precisamente ese amor es el que permite que la vida se abra paso en estos días de sol y lluvia. Te conozco Bélen y sé que tus mejillas se sonrosan y tu corazón salta de alegría cuando ves llegar al templo a tus devotos los primeros días de enero de cada año, con flores, incienso, mirra, pero sobre todo con su intención de vivir bien e intensamente.
Es ese precioso regalo que nos ofrecen de corazón -bailando, cantando y siendo uno en comunidad- el que nos permite ver la vida proyectarse en este valle, con tal claridad y vigor, que nada parece imposible cuando ellos están con nosotros y cuando también podemos ser uno con ellos.
Así, brota de nosotros esta alegría salvaje que nos enajena, recorre nuestras venas y estalla en nuestros corazones al unísono, como mil castillos de luces en una eterna noche de fiesta. Bélen, panachay, juntos llegamos a estas tierras y hasta que el Alto lo permita, juntos estaremos y resistiremos con nuestra gente, con nuestro valle y nuestras montañas.
Noqaqa wiñaypaq qanpa