03/06/2024
CLAUDIO PAULINO TORRES TORRES: COMPOSITOR E INTERPRETE DE TODOS LOS TIEMPOS
La frondosa producción de composiciones musicales, de la autoría de Claudio Paulino Torres Torres, bajo el seudónimo artístico de El Caballero de los Andes, lo catapultan como el exponente y compositor tayacajino de todos los tiempos. Se trata de un consagrado cantautor, cuya temprana e innata vocación artística se vio afianzada en las Facultades de Letras de la Universidad Nacional de Trujillo y luego en la Universidad Nacional del Centro, en cuyos claustros curso estudios, graduándose de Profesor en Educación Secundaria Especialidad Lengua y Literatura. Profesión que contribuyo a su realización como artista, la misma que ejerció con dedicación e idoneidad desempeñándose no solo como docente, sino también como ejecutivo de prestigiosos centros educativos de Tayacaja y la región central, siendo reconocido por esa travesía académica, con sendas resoluciones directorales y ministeriales.
La valoración de Paulino como tal, no se limita solo al ámbito pedagógico, su producción artística trasciende mucho más allá, al constituirse en uno de las más prolíficos mensajeros del folklor andino, expresados nítidamente en esa magistral mixtura: castellano-quechua que incluyen sus composiciones, en las mismas que involucra sentimientos, alegrías, nostalgias y aspiraciones, matizadas con una creativa y singular sensibilidad espiritual, para revelar pesarosas e injustas vivencias, redimir tradiciones y experiencias recogidas de su vasto transitar por infinidad de lugares del mágico mundo andino. Creaciones que por su reconocido éxito fueron presentadas en los más importantes escenarios de Lima e interior del país, como el otro hora emblemático Coliseo Nacional de Lima, Coliseo Puente del Ejército, donde fue multitudinariamente ovacionado, cuando alternaba con artistitas de la talla de Picaflor de los Andes, Flor Pucarina, Raúl García Zarate, El Jilguero del Huascaran, Pastorita Huaracina, Nelly Munguía, Esmirla Zevallos, Jesús Vásquez, Luis Abanto Morales, entre muchos otros reconocidos interpretes.
Paulino es un talentoso y digno representante Pampino, que comprendió que desde los ámbitos de la educación se debe fortalecer la cultura e identidad plenas, en cuyo intento aplico el arte como elemento determinante, convirtiéndose en un compositor fecundo, no solo por las numerosas canciones plasmadas, sino por el mensaje y contenido de las mismas. Su amplia y variada producción de más de 138 canciones (dígase de paso, al cual más exitosas), entre huaynos, mulisas, pasacalles y santiagos, fueron grabados en exclusivas disqueras de la época: Odeón, IEMPSA, Sello Virrey, Sono Radio, SMIT, FTA, encontrándose la totalidad de sus canciones oficialmente inscritas en los registros de la Asociación Peruana de Artistas y Compositores-APDAYC, institución de la cual es miembro activo.
Mientras que en su faceta como escritor, tiene en su haber catorce narraciones literarias entre poemas y cantos, tres descripciones narrativas, recopilaciones de diversos temas populares, así como un ensayo denominado Recopilación bilingüe de leyendas, mitos y canciones de Tayacaja. Sus canciones no solo han quedado perennizados en discos de acetato y cintas, sino que por su indiscutible calidad han sido compartidas e interpretados por los más renombrados artistas de la época. A propósito de esa particularidad, cabe destacar que precisamente fue compositor preferido de la incomparable FLOR PUCARINA, quien encontró en las creaciones de Paulino, significado y profundidad en sus mensajes, los que consideró dignos de ser replicados, interpretándolos con la calidad y sentimiento, como solo ella sabía hacerlo.
Refiere Paulino con grata recordación, pero a la vez con enorme nostalgia que entre los principales temas musicales con los que se identifico, interpreto y grabo su colega y dilecta amiga Leonor Chávez Rojas, más conocida como Flor Pucarina la Faraona del Folklor están: Pampas Querido, Quisiera Irme, Amarga Suerte, Carta Marcada, Ilusión Cualquiera, Responde Corazoncito, Cruel Sentimiento, Águila Huamancha, Mi último canto, Seré tu sombra, Tus ojitos, Borracho, De pena me perdí, Cruel Sentimiento, Asesina, Te olvidare, Trencito Macho huancavelicano, Ay que fatal, Huaranguito, Dos palomitas, Palomita blanca, Ya vez como amigo, entre muchos otros. Canciones que también han sido interpretadas por artistas de indiscutible calidad como Picaflor de los Andes, Amanda Portales, Gañan del Centro, Flor de Huancayo, Los Pacharacos, etc.
Toda esa fructífera trayectoria ha significado obtener reiteradas premiaciones por parte diversos Gobiernos regionales, locales, el Congreso de la República y un sin fin de instituciones no precisamente de Pampas, que reconocen al profesional multifacético y cultor del arte popular, aquel amauta del apostolado magisterial y cantautor que ensambla letras y música de melodías andinas maravillosamente armonizadas. Sin embargo, en Pampas a excepción de un monumento ubicado en la atractiva Alameda Grau que perenniza la imagen del cantautor, acertadamente edificada por una administración edil que si supo valorar la cultura y el arte, este ilustre Pampino lamentablemente no ha recibido más que tibias menciones.
Concluimos esta resumida semblanza como un sencillo homenaje, solo añadiendo que en el extenso repertorio musical de Paulino, encontramos canciones recurrentes relacionadas con los caminos, las ausencias, los paisajes, los recuerdos, las vivencias, personajes, la naturaleza misma, donde la música andina adquiere una dignidad majestuosa caracterizada además, por una armoniosa secuencia de inicio a fin, tal como sucede por ejemplo con la canción TRENCITO MACHO, que al tiempo de haberse constituido en una suerte de himno huancavelicano, escucharlo conmueve no solo a los melómanos, sino a todo amante del buen huayno, es que Paulino confiere a este y otros temas de su creación la prestancia, autenticidad y transparencia que todos la aprecian. En ese noble cometido, ciertamente CLAUDIO PAULINO TORRES TORRES, por mérito propio no solo es el embajador de la cultura y arte tayacajino, sino la riqueza sustancial de las raíces andinas, tesoro de nuestro patrimonio sin tiempo.