28/09/2021
ALGUNOS DE LOS MEJORES SEGMENTOS CONSERVADOS DE UN CAMINO TRANSVERSAL DEL QHAPAQ ÑAN EN EL VALLE MEDIO DE CAÑETE
En el marco de los trabajos de investigación, registro y actualización realizados por el Proyecto Qhapaq Ñan en el territorio nacional, en el valle medio de Cañete, se ha venido realizando trabajos de investigación y registro de segmentos de caminos y sitios asociados en este importante tramo transversal que viene desde Patancoto en el valle del Mantaro hasta Vilcahuasi o Huacones en el valle bajo de Cañete. Este espacio fue investigado en los importantes trabajos de inventario arqueológico de Williams y Merino en los años 70, los trabajos de Hyslop en los 80 y por los primeros registros de Proyecto Qhapaq Ñan en los años 2003 y 2004. Desde el año 2013 se han ejecutado intervenciones más detalladas en los diferentes espacios entre los sitios arqueológicos de Huagil hasta Vilcahuasi, entre los distritos de Zúñiga, Pacarán, Lunahuaná y Cerro Azul, realizándose excavaciones arqueológicas, levantamientos planimétricos, análisis estructurales y estudios espaciales. Hasta el año 2019, destacan pocos segmentos conservados de camino como el impresionante camino de La Toma de 1 kilómetro conservado, el menos conocido camino de Escalón en la margen izquierda, prácticamente al frente del anterior y el más modesto segmento camino de Catapalla, en la margen derecha en los límites de Lunahuaná y Pacarán.
Los caminos de los valles medios occidentales destacan por tratarse en su mayoría de caminos de tipo terraplén con relleno de piedra y barro con muro de sostenimiento de paramento de piedra unida con mortero de barro arcilloso y calzada de tierra, se asientan en la ladera media/baja de los macizos montañosos en las márgenes del valle con una destacada visual del valle. Los caminos presentan también pasos escalonados de peldaños de piedras semi-canteadas, muy posiblemente hayan existido a la par de una red de caminos en el lecho del mismo valle que conectaban los diferentes asentamientos y los comunicaban con las ricas áreas productivas regadas por un río con caudal de régimen permanente, lo que le da una enorme relevancia económica del valle en épocas prehispánicas, reflejado en la gran cantidad de asentamientos y evidencia de una elevada producción agrícola con posibilidad de generar cuantiosos excedentes almacenados en los numerosos sistemas de Colcas que están presentes en diferentes partes del valle y que se asociaban a la red de caminos que mantenían los flujos de personas y productos en una dinámica constante.
Los caminos transversales destacaban porque estaban en contacto directo con los diferentes pisos ecológicos al atravesar los andes de manera transversal, descendiendo desde los valles interandinos pasando la sierra alta hasta el litoral, conectando así, espacios productivos diversos, importantes áreas de ocupación y los caminos longitudinales de la sierra y el de la costa. Esto refleja no solo su relevancia como herramienta, sino también es un ejemplo de la gestión territorial del estado del Tawantinsuyu. Estos caminos articulaban distantes espacios con un tránsito ordenado y eran instrumentales para el mantenimiento del imperio.
El valle medio de Cañete presenta una de las más altas concentraciones de asentamientos prehispánicos en la vertiente occidental de los Andes, abarcando diferentes periodos de ocupación hasta la llegada de los españoles, destacando, para el periodo inca, importantes y amplios asentamientos como Campanahuasi, Cruz Blanca, Huagil, San Marcos, Daris, Quebrada Cantagallo, Cerro Suero, Inkahuasi de Lunahuaná solo para citar algunos de los más de 200 restos encontrados en este espacio.
Los trabajos de investigación ayudan a mantener monitoreado y actualizado el registro de los espacios por donde transitaba el sistema vial, de tal manera que podamos tener información fidedigna, no solo del estado de los caminos, sino también de cómo funcionaba en el más amplio sentido sistémico, lo que permitiría una mayor aproximación del aprovechamiento de los recursos en épocas prehispánicas.