08/24/2022
Acabo de ver aquí en Boca del Río a un vendedor ambulante que pasó vendiendo botellas de agua y refresco, lo detuve y pedí un agua. Cuando bajó la hielera y la apoyó en el suelo me di cuenta que había algo diferente atado en ella: un chupón para bebé. Bromeando, le pregunté si vendía chupones también, en ese momento se rió y me explicó por qué tenía el chupón atado ahí.
Me dijo que hacía unos meses nació su hija, Mireya. Y que ató el chupón para que cuando los hombros dolieran por el peso de la hielera, cuando las piernas temblaran, cuando no tuviera donde sentarse o cuando no estuviera logrando vender, no desanimarse. Me dijo que cada vez que esto sucede, él mira el chupón y recuerda por qué esta ahí y para quién... y para finalizar me dijo que sale de su casa con solo una cosa en la cabeza: no regresar con la derrota y no se conforma con el empate, sólo llega a casa con ¡la victoria!
Me recordó los inicios en mi trayecto de vida y la lección más grande que he aprendido: la perseverancia, la lucha, la disciplina, la audacia y las ganas de superarse, juntas son la madre de todos los logros. Por eso, antes de quejarte de la vida, recuerda que hay gente con poco en el bolsillo, pero muchas ganas de salir adelante.