10/12/2024
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La peregrinación a Santiago
Se impulsó de forma espontánea y sin planificación. Como decíamos con anterioridad, la construcción de una importante red de caminos, que rápidamente fue modificada y adaptada, configurando un sistema de vías rápidas y no tan seguras, equipadas con sus correspondientes servicios (hospitales, posadas, etc.) y también con sus portazgos (peajes) pasos fronterizos y centros de control.
La nueva creencia promovió la idea del homo viator, un ser creyente, que viajaba incansablemente en busca del Paraíso y la vida eterna
Ya en el año 813 el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, Carlo Magno, acuñaba monedas alusivas al Apóstol a su enterramiento en el Finisterre y el camino a Santiago se irá haciendo camino al andar.
De aquí dicen proceder las consabidas monedas de los caminos de las estrellas, con el fin recaudatorio de impuestos para los reinos. Aunque luego el rey Alfonso VI eximiera del pago de portazgos y demás.
Aquí nace la leyenda de las monedas de los caminos de las estrellas. Son muchos los caminos que conducen a la tumba del apóstol Santiago, fuere donde fuere el comienzo, por delante estaba el camino de peregrinaje, un peregrinaje que una estación de año consumía, para, a la catedral de Santiago de Compostela llegar y, la tumba del apóstol Santiago visitar. Entrados los caminos de peregrinaje en tierras de Gallaecia, tierras celtas, donde sus diosas y dioses los caminos de las estrellas protegen. En el año 834 el rey Alfonso II otorgaba el primer diploma real a la iglesia de Santiago, que había sido fundada recientemente a raíz del hallazgo del que presuntamente, se creía, era el cuerpo del apóstol Santiago. De acuerdo a la tradición cristiana, hacia el año 40 del siglo I, el 2 de enero, la Virgen María se apareció a Santiago el Mayor en Caesaraugusta. Coincidiendo con dicha fecha, 8 siglos después de la aparición de la virgen, el día 2 de enero del año 840, el Dios supremo, dios de todos los dioses que todos los caminos guía, convoca a todos las diosas, dioses, ordenes y caballeros (caballeros de la orden del Temple, fueron los señalados para proteger los caminos que conducían a la tumba del apóstol Santiago) suplicándoles proteger a los peregrinos de todos los caminos, de todos los mundos, de todos los universos y al Santo Grial. Custodia de los Peregrinos y a la guarda de los peligrosos caminos que conducían a los lugares de Peregrinación. Los peregrinos estaban sometidos a la voluntad de los saltadores, al cobro de los Portazgos de los distintos reinos, de los ataques de las alimañas, de los falsos peregrinos llamados los peregrinos “gallofos” (en los que se incluyen vagos, tunantes, prostitutas, haraganes y delincuentes que se hacían pasar por peregrinos) robando y extorsionando a los verdaderos peregrinos.
Sigue dicha leyenda. A 15 leguas Reales (mas-menos) de distancia a Santiago, el peregrino ya atisbaba el final del largo viaje, esa necesidad de llegar, la alegría desbordaba. Era en estés puntos del camino: una posada, una posta, en el cobro de los portazgos... que como dicha, las 9 monedas de los caminos de las estrellas una a una ir recogiendo y en sus alforjas llevar. Ir recogiendo ese tesoro de paz, amor, salud, llenarse de dicha, para todo vacío o necesidad de nuestros futuros y caminos llenar (las deidades celtas protectores de los caminos y las vidas).
Las monedas en el camino de las estrellas. El peregrino en sus caminos de las estrellas, va buscando y recogiendo las monedas de la diosa fortuna, de la dicha, del camino hacia el edén-alén, ese paraíso de todos y para todo ser de bien, dando fe de ese camino de las estrellas peregrinar. Esas 9 monedas de esa novena ritual, ese número mágico de nuestra Gallaecia, que en todo y para todo uno debiera realizar.
Esas 9 monedas (de las diosas y dioses celtas, de todos los dioses, de ese Dios supremo, rey de todos los dioses, mundos y universos) el mejor tesoro para al final del camino de las estrellas alcanzar y, un volver a futuros presentes, llenos de amor por todo prójimo, dicha, salud, sabiduría, paz... Cerca de la Catedral del apóstol Santiago, (en lugar indicado) el peregrino recogía la medalla escudo-llave la cual abría y protegía en todos los caminos de todo ser viviente, de los mundos y de los universos.
En la entrada de la Catedral, el peregrino debe ir a la piedra do Santo dos Croques, horadando con sus dedos los cinco agujeros del parteluz, posar las yemas sobre la pilastra de mármol (el cual representa el árbol genealógico de Jesús y viene de las primeras peregrinaciones) y en el dar el testarazo. Luego ir a la pila bautismal, mojar los dedos, santiguarse 9 veces y tocar con el dedo corazón la medalla del escudo-llave- santo Grial. Al llegar a la tumba del apóstol, el peregrino debe rezar, pedir perdón por sus pecados y su penitencia; haciendo alguna obra de caridad según sus posibles. Dicha obra de caridad, no tenía por qué ser bien material, la ayuda y amor a todo lo que a uno le rodea, desde todos los tiempos fue el mayor bien a dar en el camino de las estrellas.
Para la mentalidad medieval el peregrino era un enviado del Cielo, por lo que había que considerarlo y tratarlo como si fuese el propio Jesucristo.
NO OLVIDES...
Comienza a recoger tus monedas en Molinaseca (Ponferrada) camino Francés.... Tu gran tesoro!
Viacrusis del Santo Real Autor