04/06/2024
Vías de comunicación antiguas y actuales entre Caracas y El Litoral.
Si en la primera fase de la conquista los españoles construyeron bases como Coro y el Tocuyo en la costa, en la segunda fase comenzaron a “pacificar” el interior del país a fin de expandir su influencia territorial. Durante esta fase fue fundada Santiago de León de Caracas en el año 1567, casi 40 años después de la fundación de Coro. En 1576, 9 años después de su fundación, el gobernador Juan de Pimentel eligió a Caracas como residencia, convirtiéndola de esta manera en capital de la provincia española de Venezuela. Esta decisión se comprende por la privilegiada situación del poblado ubicado en un alto valle a aproximadamente 1000 msnm, contaba con un clima agradable y suelos fértiles, cerca del mar pero protegida naturalmente de los ataques de piratas y bucaneros, por el camino de acceso difícil y accidentado que atravesaba El Ávila. En 1634, los holandeses tomaron posesión de las islas Curazao, Aruba y Bonaire, situadas en el Mar Caribe, frente a Venezuela, lo que ocasionó que el Arzobispo que hasta entonces había residido en la ciudad de Coro, cercana a estas islas, resolviera en 1636 mudarse a Caracas. (Comp. Gasparini & Posani, 1969, pág. 5).
Numerosas veredas hechas en su mayoría en la época precolombina por los indígenas de la tribu Caracas, habitantes autóctonos de la zona, llevaban a la costa atravesando el Ávila. A principios del siglo XVII se eligió uno de estos caminos como vía principal y fue denominado Camino Real donde se concentraban las fuerzas para mantenerlo y vigilarlo con mayor facilidad desde la puerta de Caracas. El camino ascendía por la actual región de horticultura de Sanchorquíz cruzando la cresta de la montaña por La Cumbre y descendiendo a través asentamientos de Curucutí y Torrequemada, bajando a la montaña por Maiquetía hasta La Guaira. En los Dos Caminos, del lado del Ávila que mira hacia Caracas, el camino se bifurcaba. Un segundo camino, llamado Las Dos Aguadas, porque en él había dos saltos de agua, conducía directamente, y por una vía más corta, a La Guaira, pasando por el asentamiento de Chacón. Sin embargo, por lo general, esta vía se usaba sólo como camino de emergencia en caso de ataques enemigos. La frecuencia con que se usaban los caminos no debe ser sobreestimada. Todavía para mediados del siglo XVIII, Caracas y su puerto La Guaira, eran de poca importancia para la corona española. Entre 1700 y 1730 apenas cinco barcos transportaron cacao desde la Guaira a España. (Comp. Williams 1975, pág. 67). Esta situación comenzó sólo a cambiar un poco con la llegada de la Real Compañía Guipuzcoana, fundada en 1728, que por una parte tenía la encomienda de asegurar y vigilar la costa y los caminos, y por otra parte, poseía el monopolio sobre los derechos aduanales de los productos de Venezuela y la exportación de mercancías. Los repetidos ataques de los ingleses al puerto de La Guaira obligaron a mejorar la sencillas fortificaciones existentes y ya en 1769 se concluyó el Castillo San Carlos, situado a mitad del camino hacia la Guaira en la ruta de las Dos Aguadas. En el punto donde el Camino Real atraviesa la cresta del Ávila, se construyó el castillo San Joaquín de la Cumbre y las bases militares La Atalaya y el Castillo Negro, incluso la construcción defensiva El Salto, construida a mitad del siglo XVII más abajo de la posada La Venta, fue fortificada. Este punto se destacaba porque tenía un foso artificial con un puente que se podía derribar en caso de ataque. Aunque ya desde mediados del siglo XVIII se discutía la necesidad de pavimentar un camino entre Caracas y la Guaira, principalmente para aligerar el paso de animales de tiro que llevaban grandes cargas, fue apenas en 1804 cuando se comenzó a pavimentar los difíciles pasos del Camino Real. (Comp. Manuel Rivero 1982, pág. 146)
La ruta se utilizó como camino de mulas hasta entrado el siglo XX, pero el creciente tráfico de personas y productos entre Caracas y el Litoral exigían un medio de transporte más efectivo. En 1845 se abrió una carretera que partía de Catia y aprovechaba el valle transversal de la Quebrada de Tacagua para llegar al litoral por Maiquetía. Se instauró entonces un servicio regular de coches de caballos para que se pudiera superar con mayor comodidad el trecho entre Caracas y La Guaira. El tiro de 5 caballos hacía paradas en Guaracarumbo y Curucutí. El ferrocarril Caracas-La Guaira inaugurado en 1883, que recorría la distancia en dos horas y 20 minutos, significó un gran gran avance. El trayecto abarcaba 37 km y el ferrocarril debía cruzar 15 puentes y ocho túneles. En 1907 llegaron a Venezuela los primeros automóviles, pero de todas maneras estos no podían utilizar la carretera Caracas-La Guaira porque sus motores eran muy débiles para subir las pendientes de hasta un 12% de elevación. Era necesario mejorar la carretera, lo que trajo consigo una extensa reconstrucción: se nivelaron las pendientes, se aumentó el radio de las curvas y se pavimentó toda la carretera. En Plan de Manzano se dividió la carretera que seguía entonces por dos vías separadas hasta Pedro García. Allí se encontraban las vías para luego separarse nuevamente y llegar por rutas diferentes al litoral. La vía superior era para los autos, la inferior para los camiones. (Comp. Vila 1947, pág. 84).
Con la creciente popularización del automóvil disminuyó la importancia del ferrocarril, que fue puesto finalmente fuera de servicio en 1951 después de qué algunos derrumbes destruyeron parte de las vías. Para ese momento se estaba construyendo la autopista, una nueva vía de comunicación que fue inaugurada en 1953, que con 17 km de largo y un mínimo de 6% de elevación, era una obra maestra de la ingeniería. Fue preciso construir dos túneles, uno de 1800m y otro de 400m de largo, y tres puentes de 302m, 249m y 200m de longitud, cruzando el valle profundamente hendido de la Quebrada de Tacagua.
Con la construcción de la autopista, la antigua carretera entre Caracas y La Guaira, ahora llamada “carretera vieja”, perdió importancia, pero a partir de enero de 1988 fue reconstruida. En el tramo Catia-Cantinas se amplió el trazado de la carretera y se fortificaron las pendientes colindantes con concreto para evitar los derrumbes. El principal patrocinante e iniciador del proyecto era la compañía petrolera Lagoven, que invirtió en el proyecto 140 millones de bolívares. Lagoven tenia en Cantinas un depósito de combustible y gas licuado; la ampliación de la carretera tenía como fin facilitar el paso de las grandes gandolas cisternas que cargan el combustible. Inicialmente las instalaciones de Lagoven se construyeron para compensar la pérdida de capacidad provocada por el cierre de la planta ubicada en el barrio “Nueva Caracas”, sector Gramoven. (Comp. El Nacional, Lunes 4 de enero de 1988).
Existe otro camino que no hemos mencionado hasta ahora y que era utilizado ya desde la época colonial. Este camino se extiende por Coticita hacia el paso “Los Asientos” a 1900 msnm. En la vertiente norte atraviesa el poblado agrícola de Galipán y desciende hacia Macuto. Este camino fue ampliado entre 1955 y 1957 para usarlo como carretera mientras se construían en el Pico Ávila el hotel Humboldt y el teleférico que va de Caracas a Macuto a través de El Ávila. Hoy en día se puede recorrer con vehículos de doble tracción y es el único camino que atraviesa la Sierra del Ávila. El camino real, en cambio se puede transitar con vehículos rústicos hasta La Cumbre o Dos Aguadas, pero después de allí el antiguo camino de mulas, con sus cerrados y escarpados giros, se hace demasiado estrecho. Todos los demás caminos internos del Ávila, transitables con vehículos, son completamente secundarios; fueron construidos como vías de acceso a las haciendas y fincas o en el curso de la construcción de las torres de electricidad.
Este Parque Nacional y los testimonios históricos que se encuentran en su territorio fueron declarados Monumento Histórico Nacional en una resolución en 1966.
Basados en textos de Stephan Amend en su libro Parque Nacional El Ávila, págs. 69-72
¡Nos vemos en la montaña!