HISTORIA DEL MUNICIPIO
Las primeras referencias históricas que se tienen de Tías, las encontramos en el reparto de tierras que se llevan a cabo en Lanzarote por el Gobernador Alonso Fajardo en el año 1493. Francisca y Dña. Hernán, tías del mencionado gobernador. Por otra parte Juan Bethencourt Afonso en su obra "Historia del Pueblo Guanche" cita este término como aborigen y lo localiza como Aldea
en Lanzarote. Tías aparece como núcleo de población a partir de las erupciones volcánicas de 1730-36, donde la gente de las aldeas sepultadas por dichas erupciones, se desplazan a este lugar, consolidándolo como tal núcleo de población. Hasta ese momento en que aún no están configurados los espacios municipales, se pueden distinguir dos zonas: Conil, Tegoyo, Masdache y Testeyna como la zona más húmeda y fértil, y la costa, en su mayoría "malpei" que llega hasta el litoral dedicada al pastoreo. Destacar la industria de la barrilla en el siglo XVIII, en que gran parte de la superficie de cultivo del municipio se destina a la obtención de este producto. Adquiere relevancia en 1769 el Puerto de la Tiñosa desde donde se exporta barrilla. Aún se conserva el topónimo de una playa, "Pila de la Barrilla", que era el lugar donde se quemaba el producto para sacar la sosa. El 18 de Julio de 1796 se crea la Parroquia de Nuestra Señora de la Candelaria, independizándose de la Parroquia de San Bartolomé a la que estaba adscrita desde abril de ese mismo año. En torno al puerto natural de la Tiñosa a principios de este siglo, se va consolidando un pequeño núcleo de población dedicado a la pesca. Será a partir de 1965 cuando la Industria Turística da sus primeros pasos en la isla, pasando a segundo plano la agricultura y la pesca. El territorio de este pueblo se levanta en una suave ladera y sus casas se colocan escalonadas sobre la misma, presidida por la Iglesia parroquial de Ntra. Sra de La Candelaria. Los pueblos que conforman el municipio son: Tías, Puerto del Carmen, Mácher, La Asomada, Tegoyo, Conil y Masdache. Está situado, a 12 kilómetros de Arrecife, capital de la Isla, en la vertiente meridional del centro de la isla, en unos suelos que abarcan todas las series volcánicas definidas para Lanzarote, con una extensión de 64,61 kilómetros cuadrados y un perímetro de 37,719 kilómetros, cuyos límites son: al norte, Tinajo, siguiendo los volcanes existentes entre Juan Bello y Peña Paloma; al sur, el mar; por el este, San Bartolomé, desde la Montaña Juan Bello hasta Guacimeta, y al oeste, Yaiza, que desde Peña Paloma alcanza la cúspide de Guardilama y acaba en el mar por el Barranco de la Pila. En la actualidad la actividad económica principal es el Turismo, sustituyendo la agrícola, que fuera los cultivos de tomates, cebollas y viñedos, que junto con la pesca quedan relegadas a un último plano. Tiene una población de derecho de unos 11.607 habitantes, superando a esta la población de hecho con unos 30.000 habitantes. La artesanía en el municipio de Tías se conserva como parte fundamental de la tradición más reservada, como el secreto de cada familia. Ni siquiera llega a constituirse como apoyo a la economía familiar y mucho menos como trabajo remunerado con dedicación exclusiva. Los cambios sociales y económicos han hecho que gran parte de la artesanía quede relegada a un simple recuerdo o a un objeto decorativo para el rincón de la casa. Con todo, aún los marineros de la Tiñosa se sientan en el chaplón de la casa para tejer las redes o remendar los chinchorros que usan para la pesca. El campesino se construye su arado, su plantón y el zurrón donde amasar el gofio o la escoba de palma para barrer los alrededores de la casa; la pila esculpida en piedra viva para abrevadero de los animales, las mochilas de lona, las rosetas, bordados y calados que con tanto arte hacen las mujeres. Si es cierto que ya no se fabrica el togio donde se ordeñan las cabras y el cesto donde se recoge la fruta, no lo es menos que alguna gente sigue elaborando productos como el queso, porretos, fruta pasada y vino a la antigua usanza, de forma artesanal. Por Navidad se hacen las sabrosas truchas de garbanzos, batatas y las corbatas con el sobrante de la masa; mimos, mantecados, ricos bizcochones y una gran variedad de mistelas para invitar a las visitas por estas fiestas entrañables como son las Pascuas. Claro que ahora es raro que se hagan las morcillas, la manteca de los chicharros del tocino, o ver el reparto de la carne mientras el kilador la "estocina" (desprender el tocino), ni la leche "mecía" al final del verano, poco antes de secarse el ganado; ni las esteras de palma y tantas otras curiosidades artesanales que han sido sustituidas por otras culturas ajenas.