26/11/2022
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EL ORIGEN DEL POLLO A LA BRASA
Si hablamos de platos banderas tenemos muchos por los cuales empezar, como, por ejemplo, rocoto relleno, papa a la huancaína, Ocopa, entre otros, pero en la crónica de hoy abarcaremos de un platillo sin igual y con un gran sabor y sazón para los peruanos el cual es considerado el plato bandera de nuestro país el Pollo a la Brasa.
Los peruanos tenemos en claro que nuestra gastronomía es la mejor del mundo y no solo es alabada por nosotros sino por el mundo entero, y cuando nos consultan si tenemos alguna predilección por algún platillo decimos que no es así. Sin embargo, nos queda claro que no es verdad y el plato preferido de los peruanos es el pollo a la brasa por su inigualable sabor y textura a la hora de comerlo, acompañado de unas ricas papitas fritas y ensalada fresca.
Este plato es un antojo constante en cada mesa familiar. Tanto así, que no hay ningún peruano que alguna vez en su vida no haya probado este delicioso platillo. Asimismo, es tanta su popularidad que es considerado como el potaje más consumido a nivel nacional, según la Asociación Peruana de Avicultura. Cabe señalar, que cada tercer domingo de julio se celebra el Día del Pollo a la Brasa, donde miles de pollerías ofrecen promociones para su consumo.
El origen de la historia del pollo a la brasa
Tiene su origen hace más de sesenta años, exactamente en la zona de Santa Clara, ubicada en Chaclacayo. El comienzo de la historia del pollo a la brasa, se le atribuye a Roger Schuler, un inmigrante suizo, que toda su vida se había dedicado a criar y vender pollos. Debido a la popularidad de su negocio, decidió poner un puesto de comida.
En cierta ocasión, Schuler mandó a su cocinera a cocinar los pollos. Mientras él observaba, le copió algunas técnicas luego experimentar un punto de cocción particular para el pollo.
Así, para sazonar el pollo utilizó únicamente sal y lo puso a cocinar al carbón. El resultado fue una carne jugosa. Al ver que su experimento funcionó, llamó a su socio, Franz Ulrich y juntos perfeccionaron la técnica y sabor. Posteriormente, los socios, abrieron el primer restaurante de pollo a la brasa, bautizado “La Granja Azul”. Dentro de poco, el puesto de comida alcanzó una popularidad inimaginable, que iba subiendo con el paso de los días.
Por esa razón, Ulrich, quien fue especialista en metal mecánica, diseñó un horno especial con barras de fierro giratorias, donde se colocarían varios pollos, y le pusieron como nombre “El rotombo”.
Por el lado de la preparación, se añadieron otros condimentos como romero, sal, huacatay, pimienta, sillao, ají panca y comino, creando una explosión de sabores para el paladar. Al principio, el restaurante acompañaba el pollo con unas ricas patatas fritas, y era degustado sin cubiertos. Actualmente, este delicioso plato es servido con ensalada y acompañado con papas fritas.