01/01/2017
Viaja joven, viaja lejos y viaja cerca. Viaja con tu gente más querida, viaja solo; viaja soltero y luego casado. “Nada pone a prueba el amor como viajar juntos”, decía Mark Twain, viajero incansable que encontró el amor viajando.
Invierte en viajar, que es invertir en vivir,
Viaja para enamorarte o para decirle adiós a alguien.
Camina, camina. Gástate los pies recorriendo montañas y calles nuevas. Piérdete sin miedo. Habla con desconocidos, escucha todas las historias, haz todas las preguntas.
Come solo, come sin un p**o sol en el bolsillo, come sin prisa, come en el camino. Come allá lo que nunca vas a comer en tu casa. Lo caro y lo barato. Come en una carretilla, come en una mesa con extraños.
Emborráchate al menos una vez en cada viaje. Haz el ridículo bajo la lluvia. Enamórate de la naturaleza.
Viaja con humildad, que es lo que garantiza la capacidad de asombro. Asómbrate de lo épico y de lo simple, de lo extraordinario y de lo mundano. Asómbrate de los olores, de los colores, y de lo que la gente hace con la naturaleza. “Viajar es fatal para los prejuicios, la intolerancia y la estrechez de mente”, escribió Twain. “Nadie adquiere una visión amplia, saludable y generosa si se queda en una esquina de la Tierra toda su vida”, decía.
Viaja más, huevón (a) que la vida es muy corta y frágil.
(En Pacaya Samiria, selva dorada)